Este 9 de julio se cumple un mes desde que Patricia Fuenmayor, periodista, presentadora y figura destacada de la comunidad latina en Estados Unidos, falleció en Nueva York a los 51 años, luego de librar una batalla silenciosa contra el cáncer. Aunque su carrera comenzó en Venezuela como reina de belleza y animadora, fue como reportera de Univision donde consolidó una nueva etapa profesional que le ganó respeto, credibilidad y el cariño de miles de televidentes.
Fuenmayor formaba parte del equipo de Edición Digital Nueva York, un informativo local de Univision dirigido a la comunidad hispana, donde se desempeñaba como presentadora y reportera. También colaboraba como corresponsal de “Despierta América”, uno de los programas matutinos más vistos del país.
Con su tono cálido, presencia empática y estilo directo, logró conectar con una audiencia que la veía no solo como una comunicadora, sino como una voz cercana, confiable y humana. Su trabajo no se limitaba a estar frente a cámaras: recorría las calles, entrevistaba a líderes comunitarios, cubría eventos culturales y, sobre todo, visibilizaba realidades que afectan a los latinos en EE. UU.
Su experiencia frente al micrófono comenzó mucho antes, cuando representó al estado Zulia en el Miss Venezuela 1997. Ese paso por las pasarelas le abrió camino en la televisión de su país, donde condujo recordados programas como Ají Picante, De Boca en Boca y el segmento de talentos Buscando una estrella, dentro de Súper Sábado Sensacional. Pero el giro más profundo en su carrera se produjo cuando emigró con su familia, dejando atrás los reflectores del espectáculo para abrazar el periodismo informativo con total entrega.
La causa de su fallecimiento fue cáncer, solo fue conocida por su círculo más cercano, y su deceso tomó por sorpresa incluso a sus colegas.
Casada desde noviembre de 2024 con el cirujano Jorge Safar Pérez, la periodista era madre de dos hijos adolescentes, Sarah y Fer, a quienes frecuentemente mencionaba en sus redes sociales como su mayor orgullo.
A un mes de su partida física, se recuerda como una profesional “incansable”, siempre disponible para cubrir un evento, contar una historia o tender la mano a un colega. Y su público, ese que cada mañana la veía con café en mano desde Nueva York o desde el celular en cualquier parte del país, aún la extraña.
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