Durante el concierto de Coldplay en el Gillette Stadium de Boston, la icónica "kiss cam" enfocó a Andy Byron y Kristin Cabot en un abrazo íntimo, desatando el caos cuando ambos reaccionaron con pánico al verse proyectados, Chris Martin, vocalista de la banda, avivó el fuego al comentar en vivo: "Oh, miren a esos dos... o están teniendo una aventura o son muy tímidos". El video, viralizado en minutos, reveló que ambos están casados con otras personas: Byron con Megan Kerrigan (con quien tiene dos hijos) y Cabot con un empresario del sector moda, según perfiles de LinkedIn revisados.
La reacción de Megan fue inmediata y contundente: eliminó el apellido "Byron" de su perfil de Facebook y desactivó su cuenta de Instagram, intentando proteger su privacidad ante la avalancha de comentarios y especulaciones sobre una inminente separación. Mientras, usuarios inundaron las redes con memes y críticas hacia la pareja corporativa, cuestionando la ética de su conducta en Astronomer, empresa valorada en 1.300 millones de dólares.
En un comunicado difundido este 17 de julio, Byron admitió su error con tono melodramático: "Lo que se suponía sería una noche de música y alegría se convirtió en un error profundamente personal [...] Ofrezco disculpas a mi esposa, mi familia y mi equipo", añadiendo una cita de Coldplay ("Las luces te guiarán a casa... y trataré de repararte") que muchos interpretaron como un intento de manipulación emocional. Sin embargo, su mensaje omitió toda mención a Cabot, quien mantiene silencio absoluto, y criticó la exposición mediática: "Espero que reflexionemos sobre convertir vidas en espectáculo", ignorando que su reacción en el estadio delató la sospecha.
El CEO también atribuye el escandalo a la banda tras considerar que su vida privada fue expuesta sin su consentimiento: “Espero que todos podamos reflexionar más profundamente sobre el impacto de convertir la vida de otra persona en un espectáculo”.
Astronomer, la firma que dirige desde 2023, no ha emitido declaraciones, aunque cofundadores como Ry Walker se distanciaron del escándalo, mientras analistas especulan sobre posibles consecuencias laborales para ambos ejecutivos, dado su alto perfil en una empresa basada en confianza corporativa.
Coldplay, sin quererlo, convirtió un momento de diversión en un drama que trasciende la farándula.
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