Por: Fiorella Agostini
Luego de semanas de especulaciones sobre quién sería el artista que se presentaría en el Halftime Show del Super Bowl, la NFL anunció, para sorpresa de todos, a Bad Bunny. Sin embargo, el nombre que de inmediato se hizo trending en redes sociales fue el de Taylor Swift, quien, después de su gran éxito con "The Eras Tour", la gira más taquillera de la historia, y su compromiso con Travis Kelce, jugador de los Chiefs, era la artista más esperada para este año.
Taylor Swift reacciona
Ante el vacío que quedaría por la expectativa generada por Taylor, la NFL y Apple Music buscaron un artista de la misma talla.
Según la información en exclusiva del periodista británico Rob Shuter en Substack, la artista no habría llegado a un acuerdo en el contrato. Swift exigió condiciones que se ajustaran a su influencia. Entre las cláusulas de la artista estaba que le permitieran reservarse la propiedad total de su actuación y espacios para anunciar sus propios proyectos durante el espectáculo; sin embargo, la organización no aceptó los términos.
Taylor Swift ha generado para la NFL casi mil millones de dólares desde que inició su relación con Travis Kelce, según un informe de la firma de análisis Apex Marketing. Incluso la influencia de Swift impactó en un cambio en la composición demográfica de la audiencia, por lo que tiene sentido que la cantante no estuviera dispuesta a presentarse solo por exposición, como se acostumbra en el Super Bowl.
"No pedía favores, pedía respeto"
La intérprete de temas como "Shake It Off" y "You Belong With Me" es conocida en la industria musical, más allá de su gran éxito, por usar su posición de poder para defender el valor del arte y la autoría.
En el año 2014, Swift retiró su música de Spotify para protestar por la poca remuneración que la plataforma ofrecía a los artistas y regresó en el año 2017 después de que lograra un acuerdo para mejorar la compensación a los artistas y compositores. Por el mismo año, también amenazó a Apple Music con no lanzar su álbum "1989" en la plataforma, lo que les obligó a cambiar parte de sus políticas. Además, recientemente Taylor Swift marcó un hito en la historia de la música al librar una batalla legal clave por los derechos de su propia discografía.
Las exigencias de Taylor Swift a la NFL y Apple Music, que llevaron a su rechazo a participar en el Super Bowl, avivan la discusión sobre la remuneración de los artistas en eventos masivos. Su negativa a actuar sin condiciones que reconozcan su valor real cuestiona directamente la práctica común de pagar a las estrellas solo con "exposición".
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