La imagen del príncipe Harry entrando en Clarence House este 10 de septiembre a las 17:20 horas marcó el fin de 19 meses de distancia física y emocional con el rey Carlos III. Durante 55 minutos, padre e hijo compartieron un té privado en la residencia londinense del monarca, un encuentro que el Palacio de Buckingham confirmó sin divulgar detalles pero que simbólicamente abre una grieta en el muro de tensiones construido desde 2020 . La reunión, celebrada en el tercer aniversario de la muerte de Isabel II, contrasta con la ausencia de cualquier acercamiento con el príncipe Guillermo, quien mantuvo una agenda paralela y separada durante la visita de su hermano.
El camino hacia este momento estuvo plagado de condiciones polémicas. Fuentes cercanas a Harry revelaron que el duque de Sussex exigió tres garantías previas al encuentro: seguridad financiada por la Corona para su familia durante sus visitas al Reino Unido, control absoluto de las filtraciones a la prensa por parte de Buckingham, y el tratamiento protocolario de Meghan Markle como "Su Alteza Real" con todas las deferencias que implica . Estas demandas, calificadas por el círculo de Guillermo como "un rotundo no", reflejan la profundidad de las heridas abiertas tras la publicación de las memorias Spare —donde Harry acusó a su hermano de agresión física— y la entrevista con Oprah Winfrey en la que se insinuó racismo en la familia real.
La sombra de los litigios judiciales también oscureció el diálogo. Harry perdió en 2025 una batalla legal para recuperar su seguridad estatal, un tema que definió como "arreglo del establishment" en una emotiva entrevista con la BBC donde confesó: "Mi padre ya no me habla por este asunto de seguridad". Esta derrota judicial, combinada con la negativa de Carlos III a intervenir —"nunca le pedí que interviniera; le pedí que se hiciera a un lado", insistió Harry—, alimentó la percepción de abandono que ahora intentan superar.
El contexto de salud del monarca añade urgencia al acercamiento. Diagnosticado con cáncer en 2024, Carlos III mencionó en un reciente acto público que "no estoy tan mal", pero la incertidumbre sobre su estado pesa en los gestos de reconciliación . Harry viajó expresamente desde California para verlo en febrero de 2024 tras conocerse el diagnóstico, pero aquel encuentro duró menos de 45 minutos y no logró destrabar la relación . Esta vez, la presencia del duque de Sussex en el Reino Unido tuvo un matiz dual: además del reencuentro familiar, participó en la gala de WellChild —de la que es patrocinador desde 2007— y anunció una donación de más de un millón de euros a Children in Need durante una visita a Nottingham.
Expertos en la monarquía like el historiador Dr. Ed Owens ven en este encuentro "un primer paso simbólico pero insuficiente" . La reconciliación con Guillermo sigue siendo el gran escollo: "La ruptura es muy profunda y duradera. No cambiará hasta que Harry actúe y se disculpe", advierte el autor Robert Lacey . Mientras, Meghan Markle permanece en California con Archie y Lilibet, lejos de un país que no visita desde septiembre de 2022 y donde su tratamiento como "Su Alteza Real" podría ser la llave para futuras apariciones.
El té en Clarence House no borra años de desconfianza, pero transforma la narrativa de una familia fracturada. Como resumió Harry en mayo: "No tiene sentido seguir peleando, la vida es preciosa" . Una verdad que ahora, entre sorbos y silencios, padre e hijo exploran sin garantías de éxito pero con la sombra de un reloj biológico y dinástico que no cesa su tictac.
Visite nuestra sección Farándula
Mantente informado en nuestros canales de WhatsApp, Telegram y YouTube