Mientras el nombre de María del Refugio Abarca Villaseñor, Doña Cuquita, volvía a ser tendencia en redes sociales por un video viral, la historia recuerda a la mujer que por décadas ha sido la columna vertebral de una de las familias más importantes de la música regional mexicana. Lejos de los reflectores, pero siempre en el centro de su familia, Cuquita es la viuda de Vicente Fernández, madre de Alejandro Fernández y guardiana de un legado que trasciende generaciones.
Un beso viral
La semana del 22 de septiembre de 2025, un clip captado durante un concierto de Alejandro Fernández en California encendió las especulaciones. En las imágenes, Doña Cuquita, de 79 años, aparecía abrazando y dando un beso en la mejilla a un hombre, mientras su hijo interpretaba "Las Botas del Charro". Rápidamente, las redes sociales se llenaron de rumores sobre un supuesto nuevo amor para la viuda del "Charro de Huentitán".
La verdad, sin embargo, era mucho más sencilla y familiar. Pablo Chagra, periodista de espectáculos, y la creadora de contenido Chamonic, aclararon que el misterioso acompañante era en realidad Jaime (o Javier, según distintas versiones), el hermano mayor de Doña Cuquita. El gesto de cariño, lejos de ser romántico, era una muestra más de la naturaleza afectuosa que caracteriza a la familia Fernández. Incluso Vicente Fernández Jr. confirmó en redes que se trataba de su tío. Este episodio reveló cómo un momento familiar íntimo puede ser malinterpretado, pero también sirvió para que el público recordara el profundo sentido de unidad que define a este clan.
Una historia de amor que empezó con una mirada
La vida de Doña Cuquita con Vicente Fernández comenzó en Huentitán, Jalisco. Ella era una joven de 17 años y él, un cantante en ciernes que era coqueto vecino. Don Chente contaba que, un día, al verla salir de la iglesia, no pudo evitar quedar flechado por esa "chaparrita caderona". Su romance no fue convencional; en una ocasión, el propio Vicente, al tener que mudarse para impulsar su carrera, le dijo a Cuquita que merecía a alguien que pudiera estar más tiempo con ella.
Sin embargo, el destino los unió para siempre. Tras la muerte de la madre de Vicente, él regresó a Jalisco y, al ver a Cuquita con otro novio, no dudó en declararse: "Te doy 10 minutos para que lo dejes porque nos vamos a casar el 27 de diciembre" de 1963. Ella aceptó y así inició un matrimonio que duró 58 años, hasta el fallecimiento del ídolo en diciembre de 2021.
El pilar silencioso del imperio Fernández
Doña Cuquita fue mucho más que la esposa del artista. Mientras Vicente conquistaba los escenarios, ella era la administradora inteligente y astuta de los bienes de la familia. El propio "Chente" lo reconocía con admiración: "Yo no soy muy buen administrador pero ella sí, ella ha sabido cómo invertir, hacer negocios y cuidar el patrimonio de la familia". Desde Los Tres Potrillos, el rancho familiar, hasta las inversiones más complejas, Cuquita fue la estratega financiera que aseguró la prosperidad del clan.
Su fortaleza también se vio puesta a prueba por los rumores de infidelidades que rodearon a su marido. Sin embargo, ella siempre mantuvo la discreción y priorizó la unidad familiar. Una muestra de ese compromiso fue la adopción de su sobrina Alejandra, a quien criaron como hija propia después de que su hermana biológica no pudiera hacerse cargo de ella.
Un legado de amor y resistencia
Hoy, Doña Cuquita es el símbolo de unión que mantiene viva la memoria de Vicente Fernández. Se le ve apoyando incondicionalmente la carrera de su hijo Alejandro y disfrutando de su familia. El video viral, aunque basado en una confusión, mostró a una mujer vital, rodeada de cariño y disfrutando de la música que fue la banda sonora de su vida.
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