El mundo de los concursos de belleza vive una evolución imparable. Figuras como Ángela Ponce, primera mujer transgénero en competir en Miss Universo (2018), han abierto camino para que otras candidatas desafíen los estereotipos tradicionales. Ponce, quien representó a España, declaró: "Tener una vagina no te hace mujer. Aunque muchas personas no quieran verme como mujer, claramente soy parte de ellas".
Su participación generó reacciones polarizadas: desde apoyo por su valentía hasta críticas de figuras como Lupita Jones, directora de Mexicana Universal, quien argumentó que "las características son muy distintas" entre mujeres cis y trans. Ponce respondió con firmeza: "Si de cirugías hablamos, las de Lupita son más visibles que las mías”.
En Canadá, la candidatura de Siera Bearchell (Miss Canadá 2016) desató debates similares. Bearchell fue señalada por su talla, considerada "fuera de lo habitual" en Miss Universo, pero recibió un apoyo masivo en redes. Usuarios defendieron que "no es gorda, es una chica de talle regular super arreglada" , mientras otros insistían en que "no tiene cuerpo de miss". Thompson se convirtió en símbolo de la diversidad corporal.
El caso de Miss Nepal 2023, Srichchha Pradhan, amplía esta conversación. Aunque los detalles específicos sobre su físico no están documentados en los resultados, el certamen de Miss Nepal ha evolucionado para priorizar narrativas de superación y autenticidad. El concurso incluye desafíos como la etapa "sin maquillaje", donde las candidatas muestran su naturalidad.
Estos casos reflejan un cambio global en los concursos de belleza. Miss Universo ahora permite participantes transgénero, y certámenes como Miss Nepal incluyen categorías diversas (Miss World, Miss Earth, Miss International). Sin embargo, la resistencia persiste. Algunos críticos, como Lupita Jones, insisten en separar espacios para mujeres cis y trans, mientras usuarios en redes acusan a candidatas como Thompson de "no tener cuerpo de miss".
Aun así, el mensaje de estas mujeres es claro: la belleza auténtica incluye diversidad corporal, identidad de género y historias de superación. Los certámenes, antes criticados por promover ideales dañinos, se transforman en plataformas para voces que exigen representación real. Y aunque el camino sigue plagado de polémicas, estas reinas demuestran que el futuro de la belleza es inclusivo.
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