Un nuevo estudio de WalletHub revela que el impacto del alto costo de los alimentos golpea con más fuerza a las ciudades con bajos ingresos.
El análisis de 100 metrópolis muestra una correlación directa entre el salario promedio y la presión de la factura del supermercado. Mientras los precios de los comestibles suben constantemente en Estados Unidos, la carga no se distribuye de manera uniforme.
El sitio de finanzas personales examinó qué porcentaje del ingreso familiar promedio destinan los residentes a artículos básicos del supermercado.
Michigan lidera la lista
Sus habitantes gastan cerca del 3.8% de sus ingresos mensuales en el supermercado, a pesar de que los precios de los alimentos en Detroit son considerados "promedio" (el atún es el 17.º más caro y la lechuga el 10.º.
El factor decisivo es el bajo salario promedio de la ciudad, que se ubica en $ 39,575 anuales, el segundo más bajo en el estudio.
Cleveland, Ohio, ocupa el segundo puesto con una estadística casi idéntica 3.77%. La ciudad presenta el ingreso familiar promedio más bajo de todas las analizadas, con solo $ 39,187 según la Oficina del Censo de EE. UU.
Este panorama se repite en otras ciudades que completan los primeros puestos:
- Birmingham, Alabama, 3.28%.
- Newark, Nueva Jersey, 3.16%.
- Toledo, Ohio 3.09%.
La constante en estas ciudades es que incluso si los precios de algunos productos como la leche o el café son relativamente bajos, el costo semanal de los alimentos devora una porción significativa del cheque de pago debido a los ingresos modestos.
Ciudades de alto ingreso disfrutan el menor impacto
En el extremo opuesto del espectro, el impacto de los precios es marginal en las ciudades donde el ingreso familiar promedio supera ampliamente los $ 100,000.
La mayoría de las ciudades que menos gastan en porcentaje de su sueldo se encuentran en California, Fremont encabeza la lista, le siguen San José y San Francisco.
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