América Pérez enfrenta una difícil situación en Estados Unidos, ya que la vida de su hija Yoselin, de 11 años, depende de su permanencia en el país.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ha programado su deportación para el 8 de mayo, a pesar de las advertencias médicas que señalan que regresar a México sería "una sentencia de muerte" para Yoselin, quien padece la enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce (MSUD), reseña Univisión.
Esta condición requiere un tratamiento especializado y una dieta estricta que solo puede obtener en Estados Unidos.
Yoselin necesita un seguimiento médico constante, incluyendo pruebas de sangre regulares y acceso a fórmulas metabólicas. Su pediatra ha enfatizado que su salud depende de permanecer en el país, donde ha recibido atención adecuada y ha sufrido mínimas complicaciones.
América ha recibido al menos tres suspensiones de deportación desde 2015, pero la llegada de la administración de Trump ha complicado su situación.
América llegó a Estados Unidos en 2009 con una visa de trabajo, pero sufrió abuso laboral y nunca le devolvieron su pasaporte. Esto la ha llevado a buscar una visa T, que podría ofrecerle un camino hacia la residencia permanente.
Sin embargo, el tiempo corre en su contra, ya que la deportación podría eliminar sus opciones.
La madre se enfrenta a la amenaza de perder a su hija, quien está consciente de la gravedad de su situación. América ha estado bajo supervisión de ICE, llevando un grillete en el tobillo, mientras su esposo se encuentra en prisión.
La única razón que retrasa su deportación es que Yoselin aún no tiene pasaporte estadounidense. América ruega por la posibilidad de quedarse en el país, afirmando que su hija necesita cuidados médicos que no puede recibir en México.
Los especialistas advierten que la falta de atención adecuada en su país natal podría llevar a Yoselin a sufrir complicaciones graves, incluso la muerte.
La abogada de América ha trabajado incansablemente en su caso, enfatizando que la madre no es una criminal y que su única preocupación es el bienestar de su hija.
La situación es crítica y cada día cuenta para América y Yoselin, quienes esperan una solución que les permita continuar su vida en Estados Unidos.
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