Más allá de la adrenalina y la velocidad de la Fórmula 1, el piloto monegasco Charles Leclerc ha decidido explorar un terreno completamente distinto. Conocido por su talento al volante del Ferrari, ahora sorprende al mundo al confesar su inesperada incursión en el mundo empresarial, con un proyecto que dista mucho de los circuitos.
Como muchos deportistas de élite, Leclerc ha optado por invertir parte de sus ganancias en un negocio propio. Sin embargo, su elección ha dejado a muchos con la boca abierta: se trata de una heladería que no solo vende, sino que fabrica sus propios productos. La marca, ingeniosamente llamada 'LEC', es incluso promocionada activamente por el propio piloto en sus redes sociales.
Por el momento, el dulce imperio de Leclerc se concentra exclusivamente en Italia, donde sus sucursales ya son un éxito. No obstante, el piloto de Fórmula 1 no descarta expandir su negocio más allá de las fronteras europeas, dejando abierta la posibilidad de que, en un futuro cercano, sus creaciones lleguen a Latinoamérica.
Entre los sabores que han conquistado a sus clientes, destacan combinaciones tan tentadoras como el pistacho arremolinado, el chocolate crujiente y el caramelo salado. Esta faceta empresarial de Leclerc muestra una versatilidad que va más allá de su desempeño en la pista, revelando un lado creativo y emprendedor inesperado en el competitivo mundo de la F1.
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