Stephany Abasali, Miss Venezuela 2024, no está perdiendo el tiempo. Aunque ha mantenido un perfil bajo en comparación con reinas anteriores, su preparación para Miss Universo 2025, que se celebrará en Tailandia, avanza a paso firme y con una estrategia que combina elegancia, cerebro y una fuerte conexión social.
En sus redes sociales, donde alterna mensajes motivacionales con momentos íntimos y contenido institucional, Abasali dejó claro que su enfoque va más allá del vestuario o la pasarela. “Este título no es solo mío, es un movimiento”, escribió recientemente en un video donde se le ve compartiendo con niños y hablando de su misión como inspiración educativa. Un mensaje poderoso que deja ver su estrategia: posicionarse como una candidata con propósito y conciencia social.
Disciplina, mentorías y cero improvisación
Lejos de improvisar, la modelo y estudiante de economía ha estructurado su preparación en distintas áreas clave: clases de dicción, pasarela, peinados entrenamiento físico diario, asesoría psicológica y presencia constante en actividades de impacto comunitario.
Fuentes cercanas al equipo del Miss Venezuela aseguran que Abasali ha estado bajo entrenamiento privado con coaches que han trabajado con candidatas ganadoras de certámenes anteriores. Además, estaría recibiendo clases intensivas de inglés y reforzando su imagen internacional con una narrativa de empoderamiento femenino y compromiso educativo.
Poca exposición, pero gran contenido
A diferencia de otras misses que llenan las redes con sesiones fotográficas y campañas promocionales, Stephany ha optado por un enfoque más curado. Aparece cuando tiene algo que decir y suele hacerlo con mensajes de impacto. Su aparición en Cannes este año, por ejemplo, dejó a muchos hablando de su elegancia, mientras que su discurso sobre el rol de la mujer como guía e inspiración generó comentarios positivos entre seguidores y expertos.
Aunque todavía faltan varios meses para el certamen, ya hay quienes la ven como una de las candidatas fuertes de América Latina. Su discurso sólido, su preparación académica, y su actitud serena pero firme podrían jugarle a favor. Además, el Miss Universo ha dado señales en ediciones recientes de valorar candidatas con causas reales más allá de la estética.
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