El brillo de un sueño convertido en pesadilla, así describe Adriana Salazar, madre del artista colombiano B King, lo que le pasó a si hijo.
Salazar describe que el viaje significó para B king un momento de ilusión que terminó en una bolsa negra. Entre lágrimas, recuerda sus últimas conversaciones con él, las sospechas sobre la extraña contratación que lo llevó hasta tierras mexicanas y las amenazas que había recibido meses antes de su muerte. Su testimonio, acompañado por las palabras de su hija Angie, revela una historia de dolor, dudas e incertidumbre.
Un viaje que parecía el inicio de todo
La ilusión de B King era palpable. Adriana recuerda cómo, ocho días antes de partir, su hijo le confesó entre sonrisas que lo habían contratado en México para cantar. “Mamá, soy feliz, me contrataron para un evento”, le dijo con el entusiasmo propio de quien ve sus sueños materializarse. Desde los 14 años había soñado con alcanzar la fama en la música, y ahora parecía que ese momento había llegado.
El joven organizó su ropa, ensayó, planeó todo para estar impecable en el escenario. El jueves 11 de septiembre tomó el vuelo que lo llevaría a lo que él creía que sería la oportunidad de su vida. Al llegar, la primera llamada fue para su madre: estaba emocionado, hospedado en el Hotel Miramar, listo para presentarse. “Se veía radiante, feliz. No podía imaginar lo que vendría después”, recuerda Adriana.
El silencio que lo cambió todo
Tras su presentación, B King llamó a su madre para contarle que el show había sido un éxito, que el público lo había recibido con cariño y que se sentía en el mejor momento de su carrera. Incluso envió fotos y prometió postear los videos en sus redes sociales. Era el lunes, y todo parecía marchar bien.
Adriana confiada decidió dejar que disfrutara sus éxitos y el miércoles cuando intentó contactarle ya era demasiado tarde, intentó comunicarse con él desde temprano, sin obtener respuesta. Al caer la tarde, el manager le envió un mensaje devastador, B King había desaparecido. “Se me heló el corazón. Yo sentí de inmediato que algo malo le había pasado, que mi hijo estaba en peligro”, relata con la voz quebrada.
El hallazgo del cuerpo: el dolor indescriptible de una madre
Tres días después, Adriana viajó a México en medio de la angustia. Allí, acompañada por un colectivo de búsqueda de desaparecidos, recibió la peor noticia, su hijo estaba muerto. En un computador le mostraron fotografías del torso de un cuerpo hallado en una bolsa. Ella lo reconoció de inmediato por los tatuajes, que eran la Virgen y el rostro de Jesucristo.
“Le pedí a Dios que me lo devolviera, vivo o muerto, pero que me lo devolviera. Y así fue. Me entregaron el cuerpo en una bolsa. Esa fue la última vez que abracé a mi hijo”, confiesa Adriana.
¿Una oportunidad laboral o una trampa?
Las dudas sobre lo sucedido no dejan de atormentar a la familia. ¿Fue realmente una contratación legítima o una trampa cuidadosamente planeada? B King había sido invitado a un evento de música electrónica, un género que no coincidía con su estilo urbano. Además, en México se relacionó con un DJ conocido como Regio, de quien después supieron que enfrentaba problemas delicados.
“Todo parece inconexo, nada encaja. Mi hermano cantaba reguetón, no electrónica. ¿Por qué lo llevaron allá? ¿Por qué él? Es imposible no pensar que pudo ser una emboscada”, reflexiona Angie, hermana del cantante. La familia aún no logra obtener respuestas claras, y el dolor se mezcla con la incertidumbre.
Las amenazas que presagiaban la tragedia
Meses antes de su viaje, B King había recibido amenazas directas tras su separación de Marcela, su expareja. Según Adriana, el equipo de trabajo de ella le envió un mensaje advirtiéndole que no hablara más, porque el nuevo novio de Marcela “estaba a la orden”. El artista, preocupado, llegó a hacerlo público en un comunicado, reconociendo que temía por su vida.
Aunque en ese momento la familia trató de retomar la calma, Adriana admite que no dejó de sentir temor. “Una amenaza es una amenaza, y aunque él siguió con su vida, yo siempre tuve miedo”, señala.
Un sueño apagado antes de tiempo
En medio de todo, Angie recuerda a su hermano como un luchador incansable, alguien que después de la separación había vuelto a encontrar su brillo en la música. “Ya estaba listo para brillar, su voz había madurado, estaba feliz de nuevo”, dice con nostalgia. B King publicaba canciones, compartía historias en redes, y volvía a contagiarse de la pasión que lo había acompañado desde adolescente.
Ese renacer se truncó de la manera más cruel. Hoy, su familia exige respuestas y justicia, mientras guarda en el corazón la memoria de un joven que lo dio todo por su sueño. “Sé quién era mi hijo: noble, lleno de amor, con un talento inmenso. No merecía morir así”, concluye Adriana.
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