Este jueves 2 de octubre, las autoridades denunciaron la presencia de aeronaves estadounidenses cerca de las costas venezolanas y emitieron un comunicado en conjunto a la opinión pública nacional e internacional.
Los ministerios para la Defensa y para las Relaciones Exteriores "rechazan enérgicamente esta acción, calificándola como una grave amenaza a la soberanía nacional".
Advierten que esta acción puso en serio riesgo la seguridad operacional de la aviación civil y comercial en el mar Caribe; el hecho fue además avistado por la aerolínea colombiana Avianca, sumándose a la detección oficial del CODAI.
El Gobierno venezolano "exige al secretario de Guerra de los Estados Unidos, Peter Hegseth, que cese de inmediato en su postura temeraria, aventurera y guerrerista, que pretende socavar la zona de paz de América Latina y el Caribe y pone en peligro la estabilidad regional".
Venezuela reitera que no aceptará "intimidaciones ni agresiones de ninguna potencia extranjera y que ejercerán plenamente su derecho a la defensa de la soberanía nacional, conforme al derecho internacional".
Detalles de la incursión aérea
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, detalló en rueda de prensa que el sistema de defensa aérea del país identificó a los "vectores" volando a 35.000 pies de altura y a una velocidad de 400 nudos, una descripción que, según él, corresponde a aviones de guerra norteamericanos, los cuales se atrevieron a aproximar a la zona marítima venezolana.
Contexto de la tensión
Esta denuncia se produce en un contexto de creciente tensión militar en el Caribe, donde Estados Unidos mantiene un despliegue naval y aéreo significativo, incluyendo buques de guerra y cazas F-35 en la región, como parte de lo que ha llamado una operación antidrogas intensificada.
Venezuela, por su parte, ha interpretado estas acciones como "acoso militar" y una "provocación" directa
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