Los aranceles impuestos por el gobierno de Trump sobre una amplia gama de productos chinos golpean con fuerza la temporada de Halloween en EEUU, provocando un aumento en los precios y una reducción en la oferta de artículos festivos.
La Asociación de Halloween y Disfraces afirma que cerca del 90% de los productos de la celebración contienen al menos un componente de fabricación extranjera, principalmente en China.
La guerra comercial, que vio un pico arancelario del 145% en abril antes de ajustarse al 30% en mayo, obligó a los importadores a suspender pedidos de producción debido a los costos prohibitivos según detalla CNN.
La Federación Nacional de Minoristas (NRF) proyecta que el consumidor gastará un promedio récord de $114.45 por persona en esta temporada, $11 más que el año anterior, evidenciando el impacto directo en el bolsillo.
Desafío
El alza de los costos representa un importante desafío financiero para las empresas estadounidenses de la industria, obligándolas a tomar decisiones difíciles.
Chris Zephro, copropietario y tesorero de la Asociación de Halloween y Disfraces, reveló que su empresa, Trick or Treat Studios, que surte a más de 10 000 minoristas, ha desembolsado más de $800 000 en aranceles solo en lo que va del año.
Esta presión económica lo forzó a despedir a 15 empleados por primera vez en los 15 años de existencia de su compañía, una experiencia que describió como "uno de los peores días de mi vida".
Zephro absorbe entre el 60% y el 70% del costo inicial, trasladando el resto a los minoristas, quienes a su vez deciden cuánto cargar al cliente final, como Ryan Goldman, dueño de Phantom Halloween.
Medidas
A pesar de las afectaciones al sector privado, la Casa Blanca defiende las medidas proteccionistas. El portavoz Kush Desai declaró que la verdadera prosperidad se traduce en "buenos empleos" e "industria en auge", no en "importaciones chinas baratas".
Según la administración de Trump, la implementación de aranceles busca "igualar las condiciones" y "restaurar la grandeza estadounidense", señalando que el aumento de los salarios reales y los acuerdos comerciales históricos son prueba de que la agenda de "Estados Unidos Primero" beneficia al pueblo.
Sin embargo, Zephro refuta esta postura, argumentando que las políticas arancelarias perjudican directamente a las pequeñas y medianas empresas nacionales, pues la economía básica indica que los importadores pagan los aranceles.
La Asociación de Halloween y Disfraces subraya la preocupación por los fabricantes más pequeños que carecen de la escala necesaria para mitigar esta presión de costos o reubicar sus operaciones, un proceso que presenta "barreras sustanciales".
Impacto
El aumento de precios impacta directamente la capacidad de compra del consumidor, una preocupación que Reyna Hernández, una madre en California, ya experimenta al armar el disfraz para su hijo, pues un simple sombrero le costó $30.
Hernández considera "ridículo" el incremento y cree que muchas familias no podrán permitirse disfraces este año. Una encuesta de la NRF confirmó su inquietud, al mostrar que el 79% de los compradores esperan pagar más.
Ryan Goldman, de Phantom Halloween, intenta mantener los aumentos de precios de los disfraces de niño entre $5 y $10 para evitar una carga excesiva a las familias, mientras considera aumentar más los costos de los disfraces de adulto.
Goldman se limita a lidiar con las consecuencias, lamentando que la situación económica "generará una carga financiera para muchas familias".
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