Una historia de desarraigo y desesperación sacude a la comunidad sij de California tras la fulminante deportación de Harjit Kaur, una abuela de 73 años, a India.
Kaur, quien residió en Estados Unidos durante más de tres décadas, buscó refugio en California en 1991 con sus dos hijos para escapar de la violencia política en la región de Punjab.
Según un trabajo especial de BBC Mundo, a pesar de vivir, trabajar como costurera, y pagar sus impuestos en la Bahía de San Francisco, su persistente solicitud de asilo fue rechazada por los tribunales.
El drama culminó el pasado 8 de septiembre, cuando funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) la arrestaron, generando una ola de conmoción e indignación entre sus partidarios.
El caso de Kaur es un recordatorio sombrío de las tensiones migratorias en el país, donde más de 3.7 millones de casos de asilo esperan actualmente resolución en los tribunales de inmigración.
Un trato inhumano
El arresto y posterior traslado de Kaur a un centro de detención en Georgia desataron fuertes críticas por el trato que recibió la anciana. Su abogado, Deepak Ahluwalia, denunció que las autoridades migratorias trataron a Kaur de manera "inaceptable".
Ahluwalia declaró que, a pesar de tener dos prótesis de rodilla, la mujer pasó entre 60 y 70 horas detenida sin una cama, obligada a dormir en el suelo. Además, el abogado alegó que le negaron la comida adecuada y que le dieron solo hielo para tomar sus medicamentos.
El ICE, por su parte, mantuvo una postura firme e inflexible, afirmando que Kaur había "agotado décadas de debido proceso" y que un juez de inmigración ya había ordenado su deportación en 2005.
La agencia migratoria aseguró que, después de que la anciana perdiera todas sus múltiples apelaciones, incluso ante el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito, ejecutaba simplemente la ley.
Indignación mundial
La deportación forzada de Harjit Kaur se produce en medio de una ofensiva migratoria más amplia por parte del gobierno estadounidense contra inmigrantes indocumentados.
Aunque la anciana no registraba antecedentes penales y siguió el proceso legal, su destino subraya la severidad con que las autoridades aplican las órdenes de deportación según reseña BBC Mundo.
Tras aterrizar en Delhi, Kaur describió a un periódico local el profundo dolor de su expulsión: "Después de vivir tanto tiempo, de repente te detienen y te deportan de esta manera; es mejor morir que enfrentar esto".
Su arresto en San Francisco, mientras acudía a un control de rutina de inmigración, y su deportación tres días después sin permitirle despedirse, generó protestas en California.
Sus críticos argumentan que, si bien el presidente Trump asegura que quiere deportar a "los peores de los peores", el sistema de inmigración persigue también a personas que, como Kaur, carecen de historial criminal.
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