El café aporta antioxidantes como los ácidos clorogénicos, mejora el estado de alerta, potencia la memoria a corto plazo y está asociado con menor riesgo de enfermedades neurodegenerativas. Por su parte, la canela contiene compuestos bioactivos como el cinamaldehído y el eugenol, que ejercen efectos antiinflamatorios, antioxidantes y, especialmente, ayudan a regular la glucosa en sangre.
Regulación del azúcar en sangre
Diversos estudios demuestran que la canela mejora la sensibilidad a la insulina y reduce los niveles de glucosa en sangre, aunque estos efectos suelen ser modestos y dependientes de la dosis y tipo de canela. En personas sanas, una pizca diaria no provoca grandes cambios, pero en diabéticos o personas con resistencia a la insulina sí se observa una mejora tangible.
Añadir canela al café puede actuar como edulcorante natural, reduciendo el consumo de azúcar y evitando picos post‑prandiales.
Mecanismo de acción
La canela interviene en la señalización de la insulina, facilitando que las células capten la glucosa circulante. En estudios con ratas e incluso humanos, dosis de media cucharadita mejoraron significativamente glicemia, colesterol y triglicéridos. Además, al añadir canela al café, se facilita la absorción de antioxidantes, entre ellos los propios del café, lo que amplifica el efecto protector.
Beneficios relacionados
Metabolismo activo: la combinación acelera el metabolismo, ayudando a quemar grasa y mantener niveles energéticos estables.
Antiinflamación y antioxidación: reduce la inflamación sistémica y el estrés oxidativo, con beneficios cardiovasculares y neuroprotectores.
Cognición y memoria: el café con canela favorece la función cerebral, ya que la canela potencia la absorción de antioxidantes del café, protegiendo las neuronas.
Digestión y bienestar: la canela suaviza la digestión y alivia malestares como gases o flatulencias.
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