En el marco del doblete programado para el cierre de su temporada, Morante de la Puebla afrontó la corrida de la tarde bajo una expectativa desbordada. El punto de inflexión de su faena y de la jornada llegó al ser arrollado violentamente por el cuarto toro. El matador sufrió un revolcón y un pitonazo.
A pesar del percance, el torero demostró su compromiso, manteniéndose firme en el ruedo, incluso en los terrenos "donde queman los pies". La entrega del maestro fue premiada con el corte de dos orejas en su faena de la tarde, un logro que le franqueó la Puerta Grande del coso madrileño.
Tras su triunfo, el matador de La Puebla del Río protagonizó el momento más simbólico: se cortó la coleta en el centro del ruedo. Este gesto tradicional, que simboliza la retirada definitiva de los ruedos, se llevó a cabo ante la ovación de un público entregado que asistió a la jornada.
Visiblemente conmovido, Morante cerró su etapa como matador, siendo despedido entre lágrimas y una gran ovación por parte del público que llenó la plaza. La culminación de su carrera se produjo al ser sacado a hombros por la Puerta Grande, poniendo un fin rotundo y emotivo a su trayectoria.
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