Birmingham, cuna de fábricas, acero y sonidos pesados, se detuvo para rendir tributo a uno de sus más grandes hijos: Ozzy Osbourne. La ciudad, vestida de luto pero vibrando con energía, despidió al cantante con una emotiva procesión que recorrió puntos icónicos de su vida, en un adiós multitudinario que fue todo menos silencioso.
El cortejo fúnebre partió entre aplausos y acordes, pasando por el puente Black Sabbath, rebautizado en honor a la banda que cambió para siempre el rumbo del rock. Luego atravesó el estadio Villa Park, donde el propio Ozzy vivió muchos de sus días más intensos como hincha apasionado. En cada rincón, fanáticos emocionados levantaban flores, discos, pancartas y los tradicionales “cuernos” del metal como último gesto de respeto.
Rock, ovaciones y un legado que trasciende el tiempo
La ceremonia fue acompañada por música en vivo que hizo retumbar los altavoces. Temas como Mr. Crowley y Dreamer tocaron y cantaron para dar un adiós como una celebración de vida.
Sharon Osbourne, junto a sus hijos Jack y Kelly, caminó junto al ataúd mientras la multitud estallaba en vítores. En un gesto sencillo y profundamente simbólico, colocaron flores frente a los lugares más significativos de la infancia del cantante. El alcalde Zafar Iqbal los recibió con palabras sentidas, asegurando que Birmingham "no solo pierde un artista, pierde a uno de los suyos".
Un funeral privado, pero una memoria colectiva
Tras la procesión pública, la familia Osbourne y el Ayuntamiento organizaron una ceremonia íntima para cerrar este capítulo. Rodeados de amigos cercanos, músicos, y seres queridos, dieron el último adiós a Ozzy en privado. Mientras tanto, en las calles, los fans seguían coreando sus canciones, dejando grafitis, velas y mensajes escritos a mano en los muros cercanos al puente Black Sabbath.
Semblanza: Ozzy Osbourne, el eterno Príncipe de las Tinieblas
Nacido en 1948 en el barrio Aston de Birmingham, John Michael Osbourne fue mucho más que un músico: fue el grito de una generación inconforme. De sus orígenes humildes emergió una de las voces más reconocidas del rock, líder de Black Sabbath y pionero de un sonido que influenció a millones. Su vida fue un torbellino de excesos, escándalos, redenciones y giras históricas, pero también de humor, ternura y conexión genuina con su público.
Ozzy fue, ante todo, auténtico. Nunca negó sus sombras, pero tampoco sus sueños. Su historia fue tan cruda como poética, tan oscura como luminosa.
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