Stephany Abasali no es una candidata más en la carrera hacia el Miss Universo. Es una mujer que ha hecho de su historia multicultural una fortaleza, y que se prepara para subir al escenario más importante del mundo con algo más que carisma y elegancia. Nacida en Venezuela, con ascendencia australiana y siria, Stephany lleva en su ADN una mezcla cultural poderosa que ha definido su identidad y su visión de lo que significa ser una reina en el siglo XXI.
“Para mí, la diversidad no es un concepto bonito. Es parte de lo que soy y de lo que defiendo”, afirmó durante su reciente aparición en Hoy Día, de Telemundo. Su manera de expresarse, segura y natural, conectó con la audiencia. La joven reina dejó claro que no solo quiere representar a Venezuela, sino también al amplio espectro de culturas que conforman su historia personal.
Una reina con causa más allá del escenario
Durante su visita a Nueva York, Stephany se alejó momentáneamente de los focos y la pasarela para visitar una organización que brinda apoyo a familias en situación de vulnerabilidad. En su mayoría latinas, estas comunidades reciben atención y acompañamiento, y Abasali quiso ser parte activa de esa labor.
“El 90% de las familias que atienden viven en pobreza, y muchas son migrantes. Estar allí, escuchar, abrazar, me dio más razones para seguir adelante en este camino”, expresó
Venezuela en el pecho, el mundo en la mirada
Con una preparación rigurosa y una visión amplia del mundo, Stephany ha sabido combinar su orgullo venezolano con una apertura global que la posiciona como una de las figuras más interesantes del certamen. “Portar esta banda es más que una competencia. Es una misión de mostrar lo que somos: un país valiente, diverso y lleno de talento”, declaró.
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