El Congreso de Estados Unidos aprobó en julio un nuevo impuesto del 1 % sobre remesas en efectivo, giros postales o cheques de caja enviados al extranjero, que entrará en vigor el 1 de enero de 2026.
La medida forma parte del paquete legislativo conocido como “One Big Beautiful Bill”.
¿Cómo funciona esta medida?
De acuerdo con el portal Univisión, el gravamen del 1% se aplicará a personas, ciudadanos, residentes o inmigrantes, que envíen dinero usando efectivo, giros o cheques físicos a través de proveedores de remesas.
No afecta transferencias electrónicas desde cuentas bancarias, tarjetas de débito/crédito, o servicios digitales.
¿Quién queda exento y cuál será el impacto?
Ciudadanos y residentes legales (con número de Seguro Social) pueden recuperar el impuesto mediante un crédito fiscal bajo ciertas condiciones. El impuesto no se aplicará si el envío se hace con tarjeta o cuenta bancaria estadounidense.
La medida afectará envíos hacia países altamente dependientes de remesas, como México, Centroamérica, India y Filipinas, donde representan entre el 4% y el 20% del PIB.
Estimaciones señalan que el gobierno recaudará cerca de $9–10 mil millones en la próxima década, aunque algunos opinan que será más un obstáculo administrativo que una fuente real de ingresos.
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