El uso del frío en la piel, también conocido como crioterapia estética, ha ganado popularidad en los últimos años gracias a sus múltiples beneficios tanto para la salud como para la apariencia de la piel.
Esta técnica, que consiste en aplicar bajas temperaturas de forma controlada, puede realizarse mediante compresas frías, rodillos de jade o cuarzo, cubitos de hielo o dispositivos específicos diseñados para tratamientos faciales.
Bondades del frío para tu piel
Uno de los principales beneficios del frío en la piel es su capacidad para reducir la inflamación y la hinchazón. Al aplicar frío, los vasos sanguíneos se contraen, lo que disminuye el flujo de sangre en la zona tratada y, por tanto, reduce la inflamación. Este efecto es especialmente útil en casos de ojos hinchados por falta de sueño o retención de líquidos.
Además, el frío tiene un efecto tensor inmediato. Al estimular la microcirculación, mejora la oxigenación de los tejidos, ayudando a tonificar la piel y darle un aspecto más firme y luminoso. Por esta razón, muchas personas incorporan el hielo o herramientas frías en sus rutinas matutinas para combatir el rostro cansado y revitalizar la piel.
Otro beneficio importante es que el frío ayuda a cerrar los poros y a controlar el exceso de grasa, lo que es especialmente útil para personas con piel mixta o grasa. También puede aliviar el enrojecimiento y calmar brotes de acné o irritaciones menores, ya que tiene propiedades analgésicas y antiinflamatorias naturales.
¿Cómo aplicarlo?
Para aplicarlo de forma segura, es importante tener en cuenta algunos consejos. Nunca se debe colocar hielo directamente sobre la piel, ya que puede causar quemaduras por frío. Lo ideal es envolver los cubitos de hielo en una tela limpia o usar rodillos faciales previamente enfriados en el refrigerador. También existen máscaras de gel que se enfrían y se colocan sobre el rostro durante unos minutos.
El tiempo de aplicación no debe superar los 10 a 15 minutos por sesión, y siempre se debe observar la reacción de la piel para evitar irritaciones. La crioterapia facial puede realizarse una o dos veces por semana, o incluso diariamente, si se usa de forma breve y adecuada.
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