La exfoliación de la piel es uno de esos cuidados que no se deben pasar por alto en la rutina de belleza tanto de mujeres y hombres, pues con este procedimiento se eliminan las células muertas de la superficie de la piel y otras impurezas, además, promueve una renovación celular más rápida y saludable.
Este es un proceso clave para mantener la piel fresca, suave y rejuvenecida, pues ayuda incluso a prevenir la aparición de signos de envejecimiento, como líneas de expresión y arrugas, refiere la Clínica de Dermatológica Internacional.
¿Qué hace una exfoliación casera?
Aunque existen un montón de tipos de exfoliantes listos para usar, también se pueden elaborar en casa, aprovechando ingredientes que tienes en la despensa y que son de uso cotidiano en tareas del hogar.
El exfoliante casero no solo te permite ahorrar, también puede evitar reacciones alérgicas al no utilizarse productos químicos. Y lo mejor es que ayuda a eliminar las células muertas de la piel, desobstruir los poros y mejorar la textura de la piel, dejándola más suave y luminosa. Además, puede prevenir la aparición de granos y espinillas, mejorar la absorción de otros productos de cuidado de la piel y estimular la circulación sanguínea. También mejora la absorción de productos y estimula la producción de colágeno.
En acción
Para elaborar tu propio exfoliante casero necesitas ingredientes como azúcar, miel, aceite de oliva, yogur o café. Estos son los productos estrellas para tratamientos que ayudan a que la piel luzca en su máximo esplendor.
Si deseas una exfoliación suave, mezcla azúcar con aceite de oliva, coco o almendra. Para tonificar la piel, el exfoliante debe contener café molido y yogur natural o miel.
Mientras que, si buscas calmar e hidratar la piel, tu exfoliante debe ser una mezcla de miel, azúcar moreno o posos de café.
Pero, si deseas purificar y limpiar la piel, exfolia con sal fina y aceite de almendras dulces. Y si lo que estás buscando es suavizar y aclarar la piel, exfóliala con una mezcla de yogur natural y copos de avena finamente molidos, comparte MSN.
La calve para una exfoliación exitosa es la constancia, pero sin excederse. Una o dos veces por semana es ideal para una tez radiante sin dañar la barrera cutánea; para ello, empieza siempre mezclando bien los ingredientes para lograr una textura suave y fácil de aplicar sobre la piel limpia y ligeramente húmeda, masajeando suavemente con movimientos circulares, sin frotar demasiado para evitar la irritación. Luego enjuagar con agua tibia, secar con palmaditas y aplicar una crema hidratante o un aceite ligero para sellar.
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