Dicen que “el cielo es el límite”, pero para Joris Rivero, las nubes son su entorno cotidiano. Como jefa de cabina e instructora en Aeropostal, ha hecho de los cielos su hogar, guiando tripulaciones con profesionalismo y asegurando que cada vuelo sea una experiencia segura y placentera para los pasajeros.
Su amor por la libertad y la posibilidad de descubrir nuevos destinos la llevó a elegir esta profesión, donde un día sobrevuela una ciudad y al siguiente aterriza en otra.
Sin embargo, más allá de los viajes, su vocación está arraigada en el servicio y la seguridad. Para ella, brindar tranquilidad a quienes confían en la aerolínea es una satisfacción que la motiva a perfeccionarse constantemente y transmitir sus conocimientos a nuevas generaciones de tripulantes.
Hoy, sigue elevando estándares y acompañando a los viajeros en cada trayecto, demostrando que la excelencia en la aviación se construye con pasión, dedicación y compromiso.
Z3D: ¿Cuál ha sido la situación más desafiante que has enfrentado en un vuelo y cómo la manejaste?
JR: Muchas. Entre emergencias, pasajeros con temperamento fuerte, además de aquellos que presentan complicaciones médicas. He pasado por muchos momentos desafiantes. Regularmente estamos entrenados para mantener la tranquilidad, la calma y saber qué hacer en esos momentos. Lo importante es que cada tripulante de cabina esté bien formado para saber cómo actuar cuando se presenten imprevistos.
Z3D: ¿Qué habilidades consideras esenciales para desempeñar este trabajo con éxito?
JR: Pienso que más que habilidades son conocimientos. Nosotros dentro de la aeronave debemos manejar la paciencia, pero nunca dejar atrás el liderazgo. El tripulante de cabina debe ser un líder más que un jefe. Debe tener mucha tolerancia porque trabajamos en un lugar muy cerrado, trabajamos con muchas personalidades y debemos aprender a manejar cada una de ellas. Pienso más que las habilidades, son los conocimientos los que hacen que el tripulante de cabina haga un buen trabajo.
Z3D: ¿Cómo ha cambiado tu percepción del mundo y de las personas después de viajar tanto?
JR: Una de las cosas más lindas de ser tripulante de cabina es conocer muchas culturas. Aprendemos a conocer al pasajero, su forma de reacción y su forma de desempeñarse y desenvolverse. Esa es la forma más linda de tener una percepción de las personas. A veces juzgamos sin conocer, sin saber y sin ver cómo vive esa persona en sus países. Como tripulantes aprendemos cómo desenvolvernos con cada persona y verlos como realmente son y no de la manera que nosotros queremos.
Z3D: ¿Qué protocolos de seguridad crees que la mayoría de los pasajeros no valoran lo suficiente?
JR: Creo que una de las cosas que no valora el pasajero es la seguridad en su totalidad. Muchas personas tienen la percepción de que el tripulante de cabina es una persona que está allí para viajar, para ofrecerles un servicio, para atenderlos y no se dan cuentan de que estamos entrenados para ser paramédicos, psicólogos, psiquiatras, amigo, niñera, bombero, policía. Esa es la parte que el pasajero desconoce, no porque no lo desee, sino porque eso es parte de lo que sería el tras cámara de un tripulante de cabina. Pero parece que para el mundo entero solo es una persona que está arreglada, con un protocolo, pero hay un trabajo detrás que es el que hace que cada pasajero llegue con una sonrisa a su destino.
Z3D: ¿Cuál ha sido tu destino favorito hasta ahora y por qué?
JR: Conocer Machu Pichu en uno de mis viajes a Lima, una de las siete maravillas del mundo. Es un lugar que transmite una energía increíble. Fue algo mágico, grandioso, espectacular. Otro de los destinos que me encantó fue conocer la Catedral de Sal, en Bogotá, además de ir a Cotopaxi, en Ecuador, que es un volcán activo.
Z3D: ¿Cómo gestionas el estrés y el cansancio que pueden venir con horarios exigentes y constantes desplazamientos?
JR: El cuerpo aprende a vivir, a desenvolverse con ellos. No te voy a negar que es un poquito difícil, complicado, sobre todo cuando los horarios son fuertes y el cuerpo dice algo, tu mente dice otra y tu corazón y tus ganas algo distinto. Son situaciones en las que piensas que ya no puedes más. Pero hay unas palabras mágicas para el tripulante de cabina y hacen que su mente se active. Cuando el capitán dice “estamos a bordo”, te entra el alma al cuerpo otra vez y sale la sonrisa del tripulante de cabina, aunque el cuerpo y la mente estén cansados.
Z3D: ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere convertirse en tripulante de cabina y aún tiene dudas sobre la profesión?
JR: No descuidar los estudios. No solamente somos tripulantes, porque siempre va a ser mucho más completo cuando tienen estudios a nivel universitario de una carrera que esté relacionada como idiomas o turismo. Otra cosa importante es aprender otros idiomas, porque es lo que les va a dar amplitud a su carrera. En esta carrera tienes que estudiar mucho, amar, sentir pasión. Más que gustarte, debes sentir pasión, porque son muchas las cosas hermosas que te va a traer, pero también vas a perder otras. Sacrificas tiempo familiar, tiempo social, tiempo personal. Tiene que ser de esas personas que está en La Guaira y pasa un avión y no le quita la mirada hasta que desaparece entre las nubes. Algo importantísimo, mucho estudio, vivimos con un manual de procedimientos para mantener los conocimientos superfrescos.
Por Wanda López Agostini
Fotos Cortesía
Coordenadas @Joris.Aimeth01
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