Muchas son las personas que incluyen el yogur en su dieta, bien sea como parte del desayuno, la merienda o la cena. Este alimento rico en proteína y calcio se recomienda con frecuencia como parte de una dieta saludable, sin embargo, esto depende de su contenido nutricional, pues mientras más grasas o azúcares contenga, mayor es la complicación que puede provocar.
Si amas este producto, pero al consumirlo te produce molestias estomacales, la recomendación es cambiar la marca de dicho producto, optar por uno sin azúcar o realizar tu propio yogur.
Expertos señalan que una alternativa es ingerir el yogur griego, pues según la Inteligencia Artificial beneficia el sistema digestivo al ser una excelente fuente de probióticos, que son bacterias beneficiosas que promueven un equilibrio saludable en el intestino. Además, mientras menor cantidad de lactosa contenga, es más fácil de digerir para quienes son intolerantes.
¿Qué necesitas para hacer este yogur casero?
Para elaborar tu propio yogur griego te compartimos la receta de Paulina Cocina.
Ingredientes
- Leche (1 litro)
- Yogur neutro (1)
- Leche en polvo (2 cucharadas)
Preparación
1. Agregar toda la leche en una olla y llevar al fuego hasta que alcance una temperatura de 70º. Si no tienes termómetro, realiza la prueba del dedo, la cual consiste en introducirlo en la leche y contar hasta 5 o 6, si pasado ese tiempo, deben sacar el dedo porque les quema, esa es la temperatura ideal. Una vez alcanzada esa temperatura, hay que sacarla del fuego.
2. En un bol aparte, agregar unas cucharadas de yogur natural, luego echar un buen chorro de leche caliente y revolver procurando que el yogur se disuelva por completo.
3. Para que el yogur griego casero quede más firme, agregar dos cucharadas de leche en polvo y mezclar bien hasta que se disuelvan e integren con el resto.
4. Finalmente, mezclar el contenido de este bol con lo que queda de la leche.
5. Una vez todo esté bien unido, vamos a incorporar la mezcla en el recipiente en el que va a quedar reposando y en el que se va a preparar el yogur. Este recipiente debe tener tapa para taparlo y aislar el yogur lo más posible, sobre todo, en cuestión de temperatura, no se tiene que ir el calor de la leche.
6. Envolver el recipiente en una toalla y a su vez eso, meter en una bola de plástico. Dejar el recipiente aislado y reposando por 12 horas en un lugar cerradito. El horno o el microondas, por ejemplo, funcionan perfecto.
7. Pasadas las 12 horas, abrir el recipiente para comprobar cómo está el yogur.
8. Colocar un repasador cubriendo la superficie de un colador, y a su vez ese colador se debe poner arriba de un bol para que el líquido que se escurra quede contenido. Sobre ese repasador, colocar el yogur casero y dejar toda la noche metido en la nevera. Esto es para que se filtre el suero líquido, se drene el yogur y quede una consistencia mucho más espesa y cremosa.
9. Por último, sacar de la nevera y ya está.
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