El aceite de oliva (AOVE) es un tipo de grasa vegetal que se obtiene del prensado de las aceitunas, el fruto del olivo. Es uno de los pilares fundamentales de la dieta mediterránea y se valora tanto por su sabor como por sus propiedades nutricionales.
Existen diferentes tipos, siendo el aceite de oliva virgen extra el de mayor calidad, ya que se produce únicamente mediante procesos mecánicos y conserva todos sus nutrientes naturales.
Entre sus principales beneficios se destacan su alto contenido de ácidos grasos monoinsaturados, especialmente el ácido oleico, que ayuda a reducir el colesterol “malo” (LDL) y a aumentar el “bueno” (HDL).
También contiene antioxidantes y vitamina E, que protegen las células del envejecimiento y fortalecen el sistema inmunológico. Además, su consumo regular puede contribuir a la salud cardiovascular, mejorar la digestión y tener efectos antiinflamatorios naturales. Es un ingrediente esencial para una alimentación equilibrada y saludable.
Freír con aceite de oliva
Una de las dudas más comunes es si este aceite puede utilizarse para freír sin perder sus propiedades ni generar sustancias perjudiciales. La respuesta es sí, es saludable freír con aceite de oliva virgen extra, siempre que se haga de manera adecuada.
La marca Frescarini asegura que el AOVE es más estable que la mayoría de los aceites vegetales frente al calor, debido a su alta proporción de grasas monoinsaturadas y a su contenido antioxidante, que actúa como un escudo protector ante la oxidación y descomposición del aceite.
El punto de humo del AOVE ronda los 180 °C, lo que lo hace seguro para salteados, sofritos y frituras ligeras, siempre que la temperatura no lo supere. Es fundamental evitar que el aceite humee y no reutilizarlo, ya que al calentarse pierde sus antioxidantes y se vuelve más propenso a oxidarse.
Visita nuestra sección Variedades
Mantente informado en nuestros canales
de WhatsApp, Telegram y YouTube