El yoga es una disciplina milenaria originaria de la India que combina posturas físicas, técnicas de respiración y meditación para lograr equilibrio entre cuerpo y mente. Más que un ejercicio físico, el yoga busca armonizar la energía interna, reducir el estrés y aumentar la conciencia personal.
Sus posturas, llamadas asanas, fortalecen los músculos, mejoran la flexibilidad y la postura, y promueven la salud de las articulaciones. La práctica regular ayuda a activar la circulación sanguínea y a mejorar la función respiratoria, lo que se traduce en mayor vitalidad y resistencia.
Además, las técnicas de respiración y la meditación contribuyen a disminuir la ansiedad, la tensión muscular y los niveles de cortisol, favoreciendo la relajación profunda. El yoga también puede mejorar la concentración, la memoria y la claridad mental, promoviendo un estado de bienestar integral.
Mejora tu equilibrio y concentración
La postura del bailarín, conocida como Natarajasana en sánscrito, es una asana de yoga que combina equilibrio, flexibilidad y concentración. Se ejecuta de pie sobre una pierna, mientras la otra se dobla hacia atrás para sujetar el tobillo con la mano del mismo lado.
El brazo opuesto se extiende hacia adelante, ayudando a mantener la alineación y el equilibrio. La pierna elevada se impulsa hacia arriba, creando un arco en la espalda y abriendo el pecho. Es fundamental mantener la cadera alineada y evitar desplazamientos laterales.
Esta postura ofrece múltiples beneficios. Fortalece las piernas y mejora la coordinación motora al requerir mantenerse sobre un solo pie. El arqueo de la espalda y la elevación del pecho activan los glúteos, hombros y musculatura dorsal, favoreciendo una mejor respiración y postura. Además, incrementa la flexibilidad en las caderas y ayuda a prevenir posturas corporales encorvadas. Mentalmente, exige concentración y atención plena, lo que reduce la dispersión mental y promueve la estabilidad emocional.
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