Las vitaminas son compuestos orgánicos esenciales que el cuerpo necesita para funcionar correctamente. Desempeñan un papel crucial en numerosos procesos biológicos, como el fortalecimiento del sistema inmunológico, la producción de energía, la salud de la piel y los huesos, así como el buen funcionamiento del sistema nervioso.
A pesar de su importancia, el consumo excesivo de vitaminas puede ser perjudicial, causando desde problemas digestivos hasta daños más graves en órganos vitales. Por esta razón, es fundamental tomarlas bajo supervisión médica, quien puede evaluar las necesidades individuales y recomendar la dosis adecuada.
Vitamina D
En un contexto en el que el consumo de suplementos nutricionales crece notablemente, el nefrólogo Borja Quiroga ha lanzado una advertencia seria sobre los riesgos asociados al uso indiscriminado de vitamina D. Según declaraciones, Quiroga afirma que “he visto gente que ha venido con los riñones llenos de piedras”.
El razonamiento es que la vitamina D facilita la absorción de calcio en el organismo, lo que, bajo condiciones inadecuadas, puede favorecer la formación de cálculos renales. Asimismo, el especialista ha atendido casos en los que personas aparentemente sanas han sufrido intoxicación por exceso de vitamina D o incluso fallo renal.
Quiroga critica que muchas prescripciones de vitamina D se realizan sin valorar previamente la situación médica del paciente. Sostiene que en personas sanas no hay evidencia de que este suplemento mejore el riesgo cardiovascular, reduzca tumores ni prevenga fracturas, por lo que su uso generalizado carece de justificación científica.
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