El olor corporal y la sudoración son según Mayo Clinic algo común sobre todo cuando se hace ejercicio o se tiene demasiado calor. Incluso, puede llegar a ser común cuando una persona está nerviosa, ansiosa o estresada.
Sin embargo, en ocasiones pueden presentarse algunos cambios inusuales y pueden ser motivo de preocupación. ¿Por qué? Es posible que estos cambios en el olor corporal indiquen que existe algún problema de salud.
¿Cuándo consultar al médico por el olor corporal?
Aunque algunas personas pueden considerar que estos cambios en el olor corporal son completamente normales, no es así, por tanto, si presentas los siguientes síntomas no dudes en consultar con un médico:
- Si comienzas a sudar mucho más o menos de lo habitual.
- La sudoración perturba tu rutina diaria.
- Tienes sudoración nocturna sin razón aparente.
- Notas un cambio bastante fuerte en tu olor corporal.
Presta atención
Expertos señalan que el olor corporal femenino es totalmente natural, algo de lo que no deben avergonzarse, sin embargo, cuando es demasiado intenso, es normal que se sientan cohibidas y ansiosas. No obstante, todo tiene solución, aún y cuando puedan presentarse cambios por la dieta, fluctuaciones hormonales, estrés o por el uso de algunas prendas de vestir.
Es decir, en el olor corporal femenino interfieren factores biológicos, ambientales y de estilo de vida.
“Las mujeres tienen dos tipos de glándulas sudoríparas: las glándulas ecrinas, que se encuentran en todo el cuerpo y se abren directamente sobre la piel, y las glándulas apocrinas, que se concentran en las áreas de las axilas y la ingle. Estas glándulas apocrinas son las principales contribuyentes al olor corporal porque el sudor que producen es rico en proteínas. El sudor en sí mismo es prácticamente inodoro; son las bacterias que se alimentan de las proteínas del sudor las que liberan ese aroma distintivo”.
Por lo tanto, algunas mujeres pueden sudar mucho en la ingle, donde se unen los muslos y el bajo vientre, y esto con el roce y el uso de ropa ajustada y de telas no transpirables puede causar mal olor corporal.
De igual manera, el ejercicio, el nerviosismo y el calor excesivo pueden provocar sudoración y si se mezcla con las bacterias de la piel de las axilas, y una mala transpiración por ropa inapropiada, el olor puede ser poco agradable. Un antitranspirante, que controla la sudoración, suele solucionar el problema.
Finalmente, y no menos importante, aunque la vagina tiene un olor único, las relaciones sexuales, la menstruación o la sudoración pueden alterarlo brevemente. Además, una mala higiene o dejar un tampón puesto demasiado tiempo también pueden causar olores e incluso infecciones, las cuales pueden provocar un olor a pescado o fétido persistente que amerite la intervención de un médico porque podría ser señal de una infección u otra afección, especialmente si se acompaña de picazón, ardor o flujo.
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