Las uñas quebradizas, pueden reflejar condiciones de salud por factores como el envejecimiento, el uso excesivo de esmaltes de uñas o la exposición al agua y productos químicos.
Sin embargo, también puedes llegar a tener uñas débiles y quebradizas por deficiencias nutricionales o enfermedades sistémicas.
Causas médicas de las uñas quebradizas
Las uñas están compuestas principalmente de una proteína llamada queratina. Por lo tanto, la falta de ciertos nutrientes esenciales para su producción puede manifestarse en uñas débiles y frágiles.
Las deficiencias de hierro y biotina (vitamina B7) son las más comunes asociadas con este problema. Por ejemplo, las uñas quebradizas y en forma de cuchara son posibles síntomas de anemia.
Además de las deficiencias nutricionales, las uñas quebradizas pueden ser un síntoma de trastornos médicos más serios: enfermedades tiroideas, enfermedades renales o hepáticas, trastornos circulatorios, psoriasis, entre otras.
Las complicaciones de la edad
Aunque es más frecuente que mujeres mayores de 60 años tengan uñas quebradizas, cerca del 20% de la población mundial puede tenerlas. Los signos más evidentes son la aparición de crestas verticales y la facilidad con la que se rompen o se separan en capas.
Si experimentas este problema en las manos y tus pies lucen uñas fuertes, existen varias medidas que puedes tomar para mejorarlo. Entre las recomendaciones del Colegio Americano de Osteopatía y Dermatología están:
- Limitar la exposición a factores que las debilitan. El contacto excesivo con agua o productos químicos agresivos, como los detergentes, deshidrata y vuelve frágiles las uñas. Por eso, al realizar tareas domésticas, los guantes son tus mejores aliados.
- Hidratación. Al igual que la piel, las uñas necesitan humedad para mantenerse flexibles y fuertes. Rehidratar tus uñas, cutículas y la piel circundante con una crema humectante recomendada por un dermatólogo, como la que contiene urea o aceite mineral, puede marcar una gran diferencia.
- Uso de un esmalte formulado. Para aquellos casos difíciles de atender, un dermatólogo indicará un esmalte endurecedor.
Para potenciar el efecto de los cuidados, puedes aplicar crema hidratante antes de acostarte y usar guantes de algodón ligeros. Esto ayuda a que la piel absorba mejor el producto mientras duermes.
Si tus uñas no mejoran a pesar de estos cuidados, es recomendable que consultes a un dermatólogo para obtener un diagnóstico y un tratamiento más personalizado.
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