En una decisión que sacude al deporte universitario en Estados Unidos, la Universidad de Pensilvania revocó oficialmente los títulos y récords obtenidos por Lia Thomas, deportista transgénero. La medida forma parte de un acuerdo con el Departamento de Educación, que habría condicionado la continuidad de millonarios fondos estatales al cumplimiento de una nueva interpretación del Título IX, centrada en la protección de la competencia femenina.
Además de anular sus logros deportivos, UPenn (Universidad de Pensilvania) prohibió la participación de deportistas trans en sus equipos femeninos. También se comprometió a emitir disculpas formales a las atletas que compartieron podio con Thomas y a restablecer los resultados originales de aquellas competiciones.
El caso, más allá del impacto en Thomas, marca un antes y un después en la inclusión de atletas trans en el deporte educativo estadounidense. Para algunos sectores, es un acto de justicia; para otros, una regresión en derechos.
El debate crece y las reacciones no se han hecho esperar. Mientras grupos conservadores celebran la decisión como un triunfo por la equidad deportiva, organizaciones LGBTQ+ la consideran discriminatoria y peligrosa.
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