El número uno del mundo, Jannik Sinner, está nuevamente en el centro de la controversia tras anunciar el regreso de Umberto Ferrara como su preparador físico. El movimiento fue confirmado este miércoles y generó reacciones dentro del mundo del tenis, dado el rol que tuvo Ferrara en el episodio de dopaje que involucró al italiano en 2024.
Ferrara fue apartado del equipo cuando Sinner dio positivo por clostebol, una sustancia prohibida, en el Masters 1000 de Indian Wells. El jugador alegó que la sustancia ingresó accidentalmente durante un masaje realizado por el fisioterapeuta Giacomo Naldi, quien había utilizado un spray con clostebol para tratar una herida. Ferrara admitió haber sugerido el uso del producto, aunque aseguró haber advertido que no debía tener contacto con el tenista.
Tras una larga revisión del caso, la WADA (Agencia Mundial Antidopaje) logró imponerle a Sinner una sanción de tres meses, reconociendo que la contaminación no fue intencional, pero recordando la responsabilidad del jugador en supervisar a su equipo. La suspensión se cumplió a principios de 2025, y marcó un momento crítico en la carrera del italiano.
La reincorporación de Ferrara se produce luego de que Sinner trabajara brevemente con Marco Panichi y Ulises Badio, con quienes no continuó tras su consagración en Wimbledon. Según el comunicado oficial, el regreso de Ferrara busca “recuperar la continuidad y el enfoque en el alto rendimiento”.
Sinner ya está enfocado en su preparación para el Masters 1000 de Cincinnati y el US Open, torneos clave en la segunda mitad de la temporada. El regreso de Ferrara añade una nueva capa de tensión al recorrido del actual número uno del mundo, que busca consolidar su liderazgo en el ranking.
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