El Dodger Stadium tuvo una visita de lujo que dejó a todos sorprendidos: el legendario defensor español Sergio Ramos. El actual jugador de Rayados de Monterrey, conocido por sus hazañas en el fútbol, convirtió su paso por el icónico estadio en un momento inolvidable para la afición.
Ramos, acompañado por el personal de los Dodgers y algunos invitados, llegó con una sonrisa que capturó todas las miradas. Su presencia no pasó inadvertida. Al pisar el terreno de juego, fue recibido cordialmente por los peloteros de Los Angeles Dodgers, mostrando que la admiración por su carrera va más allá de cualquier deporte.
Uno de los puntos culminantes fue cuando Ramos fue invitado a realizar el primer lanzamiento ceremonial. Con elegancia, el sevillano ejecutó el tiro desde el montículo, generando aplausos del público. La pelota fue recibida por el boricua Kike Hernández, mientras el estadio celebraba la trayectoria del campeón del mundo de 2010.
El club angelino aprovechó la ocasión para obsequiarle a Ramos una camiseta personalizada de los Dodgers. La prenda llevaba el número 93, su dorsal en Monterrey, y su apellido. Sergio la sostuvo con orgullo, posando para fotos en el campo y saludando a los fanáticos que lo ovacionaban desde las gradas.
A sus 39 años y aún activo con Monterrey, Ramos demuestra que su impacto trasciende fronteras. Actualmente, se encuentra compitiendo en el Mundial de Clubes en Estados Unidos. Su noche en el Dodger Stadium celebró la universalidad del deporte y la conexión que figuras como él crean con el público.
De hecho, Ramos viene de un debut estelar en el Mundial de Clubes contra el Inter de Milán. En ese partido, el defensor central anotó de cabeza un gol crucial que sirvió para empatar las acciones, mostrando que su nivel competitivo sigue intacto.
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