Con la fase de grupos del Mundial de Clubes 2025 alcanzando momentos decisivos, la posibilidad de empates en puntos mantiene a los aficionados en vilo sobre qué equipos avanzarán a octavos de final. La FIFA ha establecido una serie de criterios claros para evitar cualquier tipo de incertidumbre.
Inicialmente, la regla de oro para dirimir empates se centra en el enfrentamiento directo entre los equipos involucrados. El equipo que haya ganado el partido entre sí obtendrá la ventaja.
En caso de que el empate persista, la diferencia de goles en esos encuentros directos es el siguiente factor determinante, seguido por la cantidad total de goles anotados en dichos partidos. Por ejemplo, si en el Grupo B PSG, Atlético de Madrid y Botafogo terminaran todos con 6 puntos, la tabla de posiciones se redefiniría considerando primero sus resultados entre sí.
Si la paridad continúa más allá de estos primeros filtros, la FIFA amplía el escrutinio a todos los partidos de la fase de grupos. Aquí, la diferencia de goles general y el total de goles anotados en el grupo se vuelven cruciales.
Como último recurso antes de recurrir a la suerte, el 'fair play' entra en juego, asignando una puntuación negativa basada en las tarjetas recibidas; el equipo con menos sanciones avanzará. En un escenario extremadamente improbable donde todos los criterios anteriores fallen, un sorteo será el encargado de definir al clasificado.
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