Una tragedia en la plaza de toros de Campo Pequeño ha conmocionado a Portugal y ha revivido un acalorado debate. Un joven de 22 años, identificado como Manuel María Trindade, murió tras ser gravemente herido durante su debut como "forcado", la figura del toreo que se enfrenta al toro sin capote.
El joven fue embestido por un toro de casi 700 kilogramos y lanzado contra las tablas, quedando inconsciente. A pesar de los esfuerzos de sus compañeros y el personal de emergencia, fue trasladado de urgencia a un hospital de Lisboa donde se le diagnosticó "muerte cerebral" y, lamentablemente, falleció. Además, un espectador de 73 años también murió en las gradas tras presenciar la embestida.
El trágico suceso ha encendido la mecha de los defensores de los derechos de los animales. El partido Personas-Animales-Naturaleza (PAN) ha propuesto la suspensión inmediata de los espectáculos taurinos en la plaza. La agrupación sostiene que la muerte de Trindade es una prueba de que la tauromaquia es una actividad "anacrónica y violenta" que pone en riesgo la vida humana y animal.
En una emotiva carta pública, Alzira Beringel, madre del joven fallecido, defendió la pasión de su hijo y la tradición del toreo. Ella reprochó a los grupos activistas por usar la tragedia para criticar su deporte, comparando los riesgos de la tauromaquia con los de otras disciplinas extremas. La madre reveló que los órganos de su "Chico de Oro" fueron donados, salvando así la vida de siete personas.
Visite nuestra sección de Deportes.
Mantente informado en nuestros canales de WhatsApp, Telegram y YouTube.