En un movimiento que podría reconfigurar el panorama energético y las relaciones internacionales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio su autorización a la petrolera Chevron para reanudar las operaciones de bombeo de crudo en Venezuela.
Según reportó el diario The Wall Street Journal, esta decisión representa un giro significativo en la política de Washington hacia la nación suramericana.
¿Qué se conoce sobre la reanudación de operaciones?
La medida permite a Chevron, una de las pocas empresas estadounidenses con presencia en Venezuela a través de empresas mixtas con Petróleos de Venezuela (PDVSA), retomar la producción y exportación de crudo.
A pesar de que los acuerdos de las operaciones no se encuentran detallados, se conoce que la decisión fue tomada luego de una reunión entre Trump y el secretario de Estado Marco Rubio.
Bill Turenne, portavoz de Chevron, expresó que la compañía "opera a nivel mundial en cumplimiento de las leyes y regulaciones aplicables, así como del marco de sanciones establecido por el gobierno estadounidense, incluso en Venezuela".
Las operaciones de la compañía se habían visto severamente restringidas debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos sobre el sector petrolero venezolano.
Fuentes cercanas a la situación, citadas por el WSJ, indican que la autorización busca equilibrar la presión sobre el gobierno venezolano con la necesidad de asegurar el suministro global de energía y proteger los intereses de las empresas estadounidenses.
Otros detalles sobre la decisión de Trump
El aval contempla que no se paguen regalías ni impuestos al gobierno de Venezuela, aunque los detalles finales aún no han sido revelados.
La decisión de la Casa Blanca de permitir que Chevron reanude sus operaciones de bombeo de petróleo en Venezuela no fue impulsada únicamente por intereses económicos; también refleja una preocupación estratégica por la creciente influencia de China en el mercado energético venezolano.
El sector petrolero estadounidense había advertido en repetidas ocasiones que las restricciones a empresas como Chevron estaban abriendo la puerta para que Beijing consolidara su posición como el principal comprador de crudo venezolano.
Chevron, en particular, argumentó durante meses que la salida de actores occidentales del mercado venezolano solo beneficiaría a sus competidores chinos, una postura que, según The Wall Street Journal, finalmente influyó en la decisión de la administración Trump.
Esta movida puede interpretarse como un intento de Washington por contrarrestar la expansión china en una región que considera de vital interés.
Mientras tanto, Venezuela logró mantener una producción de entre 900.000 y un millón de barriles diarios en junio. Sin embargo, la ausencia de empresas estadounidenses y las sanciones forzaron a buscar rutas alternativas para sus exportaciones.
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