Erika, una guatemalteca de 24 años, cruzó la frontera entre México y Estados Unidos en estado de gestación avanzada. Tras dos días vagando por el desierto de Arizona, fue detenida por las autoridades el 28 de abril.
Dos días después, dio a luz en un hospital de Tucson, donde agentes federales esperaban fuera de su habitación. Al poco tiempo, se le notificó que sería deportada y se le pidió decidir entre dejar a su hija o llevarla consigo, reseña El País de España.
Gracias a la intervención de su abogado y la presión de la gobernadora de Arizona, logró evitar su expulsión y permanecer con su bebé mientras defiende su solicitud de asilo.
Esta situación se enmarca en un contexto más amplio, donde la administración de Donald Trump ha deportado a familias enteras, incluidos niños nacidos en Estados Unidos.
Desde febrero, al menos tres familias han enfrentado esta dura realidad, incluyendo a una niña de 10 años deportada mientras se recuperaba de una cirugía de cáncer.
Más familias
A finales de abril, otras dos familias fueron deportadas desde Luisiana a Honduras, incluyendo a una madre embarazada y a un niño de cuatro años enfermo de cáncer.
El gobierno sostiene que estas madres eligieron llevar a sus hijos, aunque ellas afirman que no hubo otra opción. Además, Trump ha reanudado la separación de familias, deportando a migrantes sin sus hijos, bajo un proceso acelerado que evita el paso por un tribunal de inmigración.
El caso de Erika llamó la atención pública, especialmente después de que su abogado denunciara que las autoridades no le permitieron reunirse con ella.
La gobernadora Hobbs se comunicó con funcionarios federales para investigar su situación, enfatizando su oposición a las prácticas inhumanas en la aplicación de la ley migratoria.
Finalmente, las autoridades decidieron someter a Erika a un procedimiento normal de expulsión, permitiéndole comparecer ante un tribunal de inmigración.
Erika y su hija se reunieron poco después y fueron puestas al cuidado de una ONG en Phoenix. Ahora, la joven intentará solicitar asilo, tras huir de una situación violenta en Guatemala.
Su siguiente paso es una entrevista de miedo creíble, donde deberá presentar sus razones para no regresar a su país. Su abogado, Luis Campos, subrayó la importancia de tener la oportunidad de defender su caso ante un juez de inmigración.
Visita nuestras secciones: Servicios e Internacionales
Para mantenerte informado sigue nuestros canales en Telegram, WhatsApp y Youtube