El estado de Florida elevó la penalización por rehusarse a someterse a una prueba de alcoholemia, convirtiéndola en un delito menor de segundo grado desde el 1 de octubre de 2025.
Previamente, la negativa solo implicaba una sanción civil y la suspensión del permiso de conducir, pero ahora, la Ley Trenton establece consecuencias mucho más severas.
Un conductor que rechace la prueba enfrenta hasta 60 días de cárcel, una multa de $500 y la pérdida de la licencia por un año según Miami Diario.
Objetivo
Esta medida busca eliminar vacíos legales que permitían a los conductores obstaculizar la recopilación de pruebas, fortaleciendo la seguridad vial y la responsabilidad.
La legislación también honra la memoria de Trenton Stewart, un joven de 18 años víctima de un conductor reincidente, y por ello incrementa las penas para quienes cometen delitos mortales repetidos al volante, con castigos que alcanzan hasta 30 años de prisión.
Otras multas
Conducir bajo la influencia (DUI) del alcohol en Florida conlleva un amplio rango de consecuencias legales. Para una primera infracción estándar, los conductores se exponen a multas que oscilan entre $500 y $1 000, una posible pena de hasta seis meses de cárcel y la suspensión de la licencia entre 6 y 12 meses.
Sin embargo, las penalizaciones aumentan significativamente si el nivel de alcohol en sangre (BAC) del conductor es de 0.15% o más, o si viaja un menor en el vehículo, elevando las multas a $1 000 o $2 000$ y la pena de cárcel a un máximo de nueve meses.
Las infracciones repetidas implican encarcelamiento obligatorio, revocaciones de licencia más prolongadas y la instalación obligatoria de un dispositivo de bloqueo de encendido.
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