Mientras Washington se encuentra prácticamente paralizada por el cierre del Gobierno en Estados Unidos (EEUU), la aplicación de las leyes de inmigración funciona con normalidad.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) declaró esenciales a todos los empleados del sistema migratorio. Esto incluye jueces, secretarios y personal administrativo de las cortes.
A diferencia de cierres anteriores, las cortes de inmigración siguen abiertas y operan con relativa normalidad. Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) y de la Patrulla Fronteriza también mantienen sus funciones. La ofensiva de la administración busca acelerar cada vez más las deportaciones.
¿Qué ocurre en el 26 Federal Plaza de Manhattan?
El 26 Federal Plaza, ubicado en el bajo Manhattan, alberga una de las pocas cortes de inmigración públicas del país. Allí, decenas de agentes de ICE se concentran en los pasillos estrechos, lo que genera un ambiente de miedo.
Inmigrantes y sus familias esperan su destino, el cual a menudo termina con la detención. La presencia de agentes de ICE con rostros tapados y sin insignias visibles genera una gran tensión.
El lugar se convirtió en un "Pasillo del Terror" debido a la inmediatez de los arrestos y el temor constante
¿Cómo se llevan a cabo las detenciones en la corte?
Los inmigrantes hacen lo que la ley exige, presentarse y argumentar sus casos ante un juez. Sin embargo, al cruzar nuevamente la puerta del tribunal, sus vidas pueden cambiar en un segundo, al enfrentar un arresto. Agentes de ICE esperan alineados afuera de las salas listos para actuar.
Si un caso es desestimado o marcado para deportación, el arresto del inmigrante es inmediato. Son rodeados por los agentes, esposados y escoltados a un centro de detención temporal ubicado en el mismo edificio. Las detenciones se dan sin darles tiempo para despedirse de su familia.
¿Cuál es la percepción de los activistas?
El 26 Federal Plaza se ha convertido en símbolo de una política migratoria cada vez más agresiva. El Padre Fabián Arias, activista proinmigrante, acompaña a familias cada semana y ofrece una declaración clave. "Es un lugar donde el pánico, el miedo y el terror están instalados”, afirmó Arias.
El activista agregó que la comunidad migrante ya no quiere acudir a la corte, temiendo no presentarse. Los arrestos y las deportaciones avanzan sin pausa ni restricciones en este lugar. El miedo y la incertidumbre se respiran constantemente en el pasillo.
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