Cancelar una solicitud de asilo en Estados Unidos es un trámite completamente legal y necesario en ciertos casos, sobre todo cuando la persona obtiene otro beneficio migratorio, como la residencia permanente, una visa de trabajo o decide abandonar el país.
No se trata de un proceso automático, por lo que dejar el expediente abierto puede traer complicaciones en futuros trámites, destaca Conexión Migrante.
Los expertos explican que no todas las solicitudes se cancelan de la misma forma. En el caso del asilo afirmativo, tramitado ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS), la persona puede retirar su petición sin mayores consecuencias si ya no necesita protección.
Diferencias según el tipo de asilo
Sin embargo, quienes tienen un asilo defensivo —el que se presenta en una corte de inmigración durante un proceso de deportación— deben ser más cuidadosos.
Si se retira la petición en ese contexto, lo más probable es que el juez emita una orden de deportación inmediata, a menos que exista otro alivio migratorio vigente. Por ello, abogados recomiendan asesorarse antes de dar el paso.
Paso a paso y documentación necesaria
La recomendación principal es cancelar formalmente la solicitud en lugar de abandonarla. Un expediente de asilo activo puede interferir con la aprobación de otros beneficios y, en caso de no acudir a una audiencia programada, el solicitante podría recibir una orden de deportación in absentia.
El procedimiento requiere enviar una carta por escrito a la oficina de USCIS que lleva el caso, explicando la intención de retirar la petición.
Es necesario incluir nombre completo, número de recibo y firma. En algunos casos, USCIS puede citar a una entrevista para confirmar la decisión.
Los especialistas insisten en que este paso garantiza un historial migratorio claro y evita problemas futuros con el sistema de inmigración estadounidense.
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