Un error al volante en Texas puede tener consecuencias mucho más graves de lo que muchos imaginan. Lo que comienza como una simple infracción puede derivar en una cadena de sanciones legales, económicas y personales que afectan profundamente la vida del conductor y su entorno familiar.
Según reportó el medio El Mañana, las leyes de tránsito en el estado han endurecido sus sanciones, especialmente en casos de reincidencia o cuando hay menores involucrados.
Escalada de sanciones: de la multa a la cárcel
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Primera infracción: conducir bajo los efectos del alcohol puede implicar una multa significativa, prisión y suspensión de la licencia.
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Segunda infracción: hasta USD 4 000 en multas, entre 30 días y un año de cárcel, y suspensión de la licencia por hasta dos años.
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Tercera infracción: multas federales de hasta USD 10 000, penas de hasta 10 años de prisión y pérdida prolongada de la licencia. A esto se suman posibles sanciones estatales adicionales de hasta USD 6 000.
Factores agravantes: menores a bordo y alcohol abierto
Transportar a un menor de 15 años durante una infracción eleva la gravedad del delito. En estos casos, la ley contempla:
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Multas de hasta USD 10 000
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Hasta 2 años de prisión
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Suspensión automática de la licencia por 180 días
Además, portar un recipiente abierto de alcohol en el vehículo, aunque el conductor no esté bebiendo, también constituye una infracción grave que puede derivar en antecedentes penales.
Prevención y responsabilidad
Las autoridades texanas insisten en que estas medidas buscan proteger vidas y disuadir conductas peligrosas. La recomendación es clara:
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No conducir bajo los efectos del alcohol
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No transportar alcohol abierto
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No reincidir en infracciones previas
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