Lucir una piel bronceada se ha convertido, para muchos, en un símbolo de atractivo, salud y estatus. Según psicólogos, esta preferencia está profundamente influida por factores culturales y sociales. “El bronceado ha sido asociado con el ocio, el lujo y la belleza, especialmente en culturas occidentales”, explica la psicóloga social Nancy Etcoff, de la Universidad de Harvard. En su libro Survival of the Prettiest, Etcoff argumenta que el atractivo físico, incluido el tono de piel, tiene raíces evolutivas y sociales.
Además, estudios muestran que las personas con piel bronceada son percibidas como más saludables y activas, lo que puede impactar en su autoestima. Sin embargo, los expertos advierten que esta idealización puede fomentar conductas riesgosas como la sobreexposición solar o el uso de camas bronceadoras, con consecuencias negativas para la salud.
Bronceado con maquillaje
Lograr una piel bronceada sin exponerse al sol es posible gracias al maquillaje, y Xabier Rodrigues, maquillador senior de MAC Cosmetics, comparte sus claves para un acabado radiante y natural. “El truco está en trabajar con productos en tonos cálidos, modulando el color poco a poco”, explica Rodrigues.
El primer paso, según el experto, es preparar bien la piel. Una buena hidratación y una base ligera crean el lienzo perfecto. “No buscamos cubrir, sino unificar”, aclara. Luego, entra en juego el bronzer, Rodrigues recomienda optar por fórmulas en crema o en polvo con subtonos dorados o terracota, aplicadas estratégicamente en las zonas donde el sol broncearía de forma natural, como mejillas, sienes, puente de la nariz y mandíbula.
Para un efecto aún más luminoso, sugiere mezclar el bronceador con unas gotas de iluminador líquido o aplicar este último sobre los pómulos y el arco de cupido. “La clave está en difuminar bien para evitar líneas marcadas y lograr un efecto segunda piel”, dice.
Rodrigues también apuesta por sellar el look con un toque de polvo translúcido solo en la zona T, conservando el brillo saludable en el resto del rostro. El toque final es el labial en tonos coral o nude cálido que complemente el efecto dorado.
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