La vida está llena de momentos que son capaces de cambiar el presente y el futuro, para siempre. Recibir un diagnóstico de cáncer de mama es uno de ellos. Bajo ese matiz, el día a día de la publicista, productora y esteticista Maylin Vargas, se transformó.
Pero los análisis no son una certeza de que todo lo que se avecina será malo, al contrario, puede ser una oportunidad para descubrir que aún en medio de la tempestad, la luz también aparece y puede hacer brillar a la mejor versión de sí mismos.
Ese, en pocas palabras, ha sido el camino de la también locutora de la Universidad Central de Venezuela. Un trayecto vivido en familia, en la intimidad de su hogar, y que hoy le cuenta al mundo a través de su libro “Yo estoy sana”. Una forma de conectar, de brindar esperanza y recordar que sí es posible superar esta cuesta, aunque al principio sea difícil de entender.
En estas páginas, cuenta desde la honestidad y con espíritu resiliente, cómo asumió todo el proceso. Sus miedos, sus dudas, pero sobre todo, esa fe inquebrantable que la sostuvieron en los días agridulces. Y también, cómo en medio de las circunstancias, escribir se convirtió en su terapia.
Para Maylin, “Yo estoy sana” se convirtió en su premisa diaria, en su mayor deseo, en ese decreto lanzado al universo que se transformó en una verdad. En realidad. En esta entrevista comparte cómo a través de todo este camino pudo descubrir quién realmente era y de qué estaba hecha.
Z3D: ¿Cómo cambió tu percepción de la vida cotidiana después de superar el cáncer?
MV: Totalmente. Creo que antes vivía apurada, vivía el día a día, ahora vivo agradecida por lo que está pasando ahora. Cada amanecer, cada comida, cada viaje, cada momento compartido con mis seres queridos, con mi familia, no tiene precio. Ahora quiero sumar más momentos a mi vida. No tanto lo material, sino sumar momentos, memorias a mi vida, lo más simple.
Así sea respirando sin miedo, sin dolor. Sentir el sol, ir a la playa, que es mi lugar favorito. Disfrutar de una deliciosa comida. Creo que es lo más importante ahorita, estar vivo.
Z3D: ¿Qué papel jugaron tus relaciones personales en tu recuperación emocional?
MV: En el momento en el que pasé mi proceso, mis relaciones eran círculos pequeños. Tanto en el gimnasio, mis amistades, en el trabajo, mi familia, fueron mi bastión durante mi proceso.
Siempre me trataron igual. Creo que una de las cosas que hicieron que mi proceso también fuera llevadero, fue el no cambiar cómo tratarme. O sea, en darme amor y no hacerme sentir que estoy enferma, que estoy pasando por una etapa a nivel de salud. Hubo lazos que se transformaron como con mi familia, con mi pareja y aprendimos a comunicarnos desde el amor. También entendí que sanar no es un proceso individual, sino más bien colectivo. Todos los que te aman sanan contigo, te acompañan en tu proceso.
Z3D: ¿Cómo manejaste el miedo a una recaída y qué estrategias te ayudaron a recuperar la confianza en tu cuerpo?
MV: El miedo fue un visitante constante, siempre estuvo ahí, pero aprendí a no dejarlo quedarse en mi día a día. Lo enfrenté con oraciones, con meditación, con afirmaciones, con profunda conexión espiritual.
Empecé a tratar a mi cuerpo con amor y no con desconfianza. En lugar de verlo como un enemigo, lo vi como un aliado en este viaje en todo mi proceso a nivel de salud. Agradecerle cada día en vez de exigirle fue lo que me devolvió la confianza en mí misma. Amarme todos los días, amar la transformación de cada una de las etapas que viví.
Z3D: ¿Qué hábitos o rituales nuevos incorporaste en tu vida que te ayudan a mantener el equilibrio físico y emocional?
MV: Comienzo mi día dando gracias a Dios por un nuevo amanecer, por una nueva oportunidad. Hago respiraciones conscientes y con mucha gratitud, ¿por qué? Porque soy una persona que a través de mi enfermedad era muy ansiosa, sigo siendo ansiosa y lo manejo con las respiraciones.
Hago terapia de respiración constantemente, cuando estoy manejando hago mis respiraciones para bajar los niveles de ansiedad. Practico las afirmaciones, decreto y visualizo todo lo que quiero para mi vida. Cuido lo que como, hago ejercicio con mucho amor, no por estética, sino por salud.
Siempre he dicho, "hacer ejercicio es sinónimo de salud." También incorporé rituales energéticos: bañarme con sales marinas o de hierbas para limpiar y equilibrar mis energías. Mi cuerpo, mi mente y mi espíritu ahora caminan juntos, van de la mano.
Z3D: ¿Qué le dirías hoy a la versión de ti que recibió el diagnóstico?
MV: Me diría: "No tengas miedo. Esto no es tu final. Es el comienzo de tu transformación”. Le diría que se abrace fuerte, que se ame como nunca, que llore sin culpa y si quiere sin parar, pero que nunca pierda la fe. Que un día va a mirar atrás y va a decir: "Ya está, ya pasó, Maylin."
Que agradezca este proceso porque de todo este dolor nacerá una nueva mujer más fuerte, más compasiva, más viva que nunca. Le diría que sería su renacimiento, el renacimiento de Maylin Vargas.
Z3D: ¿Cómo te relacionas ahora con otras personas que están atravesando un proceso similar?
MV: Con mucha empatía y respeto. No desde la lástima, sino desde la comprensión profunda. Sé lo que es mirar al miedo de frente y también sé lo que significa volver a creer en la vida.
Por eso cuando acompaño a alguien que está pasando por su propio proceso, bien sea por esta maravillosa comunidad que tengo en las redes sociales o muy cerca a mí, mi mensaje siempre es que no estás sola.
Esto también puede transformarse en luz, en amor, en compasión. Le doy esa mano amiga. Así como sané yo, tú también puedes sanar.
Z3D: ¿Qué te impulsó a convertir tu experiencia en un libro?
MV: Sentí la necesidad de poder transmitir todo lo que viví en mi proceso y poder ayudar a muchas personas como un llamado interior muy fuerte. Había algo dentro de mí que me decía que mi historia podía ayudar a otras personas, que podía dar una esperanza.
Que si alguien en medio de su oscuridad leía mis palabras y encontraba un poco de esperanza, todo habría valido la pena. Por eso decidí compartirlo con mi comunidad, con la audiencia, con todas esas mujeres que han pasado por un proceso muy duro. Escribir fue mi manera de cerrar ciclos con amor y convertir el dolor en un propósito.
Z3D: ¿Hubo alguna parte del proceso de escritura que te resultó especialmente difícil o reveladora?
MV: Sí, totalmente. Revivir ciertos momentos fue profundamente doloroso. Para poder plasmar todo lo que viví en estas líneas, en estas páginas, fue una montaña de emociones.
Hubo lágrimas en cada capítulo, pero también fue revelador darme cuenta de cuánto había crecido, cuánto fui resiliente. Al escribir entendí que sanar no es olvidar, sino poder recordar sin sufrir. El libro me ayudó a reconciliarme conmigo misma y abrazar mi historia con ternura.
Amé cada etapa de mi transformación durante mi enfermedad del cáncer. Era reencontrarme y decir, "Wow, todo lo que pasaste y cómo lo viviste, cómo lo atravesaste". Yo le he buscado solución en medio de todas las adversidades y también fui vulnerable. Todo lo quise plasmar en mi libro. Cada una de las etapas desde que me enteré cuando me dijeron que tenía cáncer, hasta haberlo superado.
Seis capítulos que están nutridos de una historia tan real, un testimonio lleno de amor, de fe, de esperanza, de renacimiento.
Z3D: ¿Hay algún mensaje en especial que deseas que se quede con los lectores?
MV: Sí, totalmente. Que la sanación es posible, incluso cuando parece que no hay salida. Que la fe, el amor y la palabra tiene un poder infinito y que dentro de cada ser humano hay una fuerza silenciosa capaz de reconstruirlo todo. Que el poder de salir adelante en diferentes situaciones o circunstancias que estemos viviendo está en cada uno de nosotros.
Z3D: ¿Qué ha sido lo más gratificante de publicar este libro y contar tu historia?
MV: Para mí lo más gratificante ha sido ver cómo mi historia toca corazones, recibir mensajes de personas que se han sentido inspiradas, que han recuperado la esperanza o simplemente que han llorado y han sanado conmigo.
Saber que mi experiencia se convirtió en una herramienta de luz para otros, es un regalo muy grande que la vida me ha dado. Recibo muchos mensajes de bendiciones, de cariño, de afecto. De verdad que agradezco tanto amor. Agradezco tener una comunidad tan bonita, bien sea por las plataformas digitales, por las redes sociales.
El querer abrazarme. Darme muestras de amor, eso para mí es gratificante. Haber publicado mi historia, haberlo dicho, el poder darle una palabra de aliento a otra persona que esté pasando este proceso, darle las herramientas, eso para mí es gratificante.
Por Wanda López Agostini
Fotos Cortesía
Coordenadas @maylinvargas
Visita nuestra sección Variedades
Mantente informado en nuestros canales de WhatsApp, Telegram y YouTube