El reflujo gastroesofágico es una condición en la que el contenido del estómago, como ácidos y alimentos parcialmente digeridos, regresa hacia el esófago, el tubo que conecta la boca con el estómago. Esto ocurre porque el esfínter esofágico inferior, una válvula que debería cerrarse después de que la comida llega al estómago, no funciona de manera adecuada o se relaja en momentos inapropiados.
Las razones para que este fenómeno se dé son diversas. Entre las más comunes están el sobrepeso, que aumenta la presión en el abdomen, las comidas abundantes o muy grasas, el consumo de alcohol, café o chocolate, así como el tabaquismo. También puede estar relacionado con el embarazo, ya que el crecimiento del útero presiona el estómago. Además, ciertas condiciones médicas, como la hernia hiatal, favorecen su aparición.
Aunque es frecuente y suele ser pasajero, si los síntomas son persistentes puede evolucionar hacia enfermedad por reflujo gastroesofágico y requerir atención médica.
Avances médicos para trata el reflujo
La Universidad de Oxford ha iniciado un gran estudio internacional, llamado ensayo GOLF, para comparar dos tipos de cirugía en personas con reflujo ácido persistente que no mejora con medicinas. Este ensayo incluye a 460 pacientes del Reino Unido y Europa, y su objetivo es ver cuál operación funciona mejor a largo plazo.
La cirugía tradicional se llama funduplicatura, y consiste en envolver la parte superior del estómago alrededor del esófago para reforzar la válvula que impide que el ácido suba. Aunque ayuda, puede causar efectos molestos como hinchazón del estómago y dificultad para eructar.
La alternativa más moderna, llamada procedimiento LINX, usa un anillo formado por pequeñas cuentas magnéticas alrededor de esa válvula. Estas cuentas la mantienen cerrada para evitar el reflujo, pero permiten abrirla al tragar o eructar, lo que podría reducir efectos secundarios incómodos.
En el ensayo, ni los pacientes ni los médicos saben qué cirugía se realizó (esto se denomina doble ciego) para asegurar una evaluación justa. Durante dos años, medirán qué operación controla mejor los síntomas, cuánto malestar causa, cómo mejora la calidad de vida y si alguna resulta más rentable.
Este estudio puede cambiar la forma de tratar el reflujo. Si LINX es tan efectivo como la cirugía tradicional, pero con menos molestias, podría convertirse en una mejor opción para muchos pacientes.
Visita nuestra sección Variedades
Mantente informado en nuestros canales