El plástico es un material muy utilizado, a lo que muchos han optado por reutilizarlo para cuidar el medio ambiente, a sabiendas de que es perjudicial para el medio ambiente por varias razones. Primero, tarda cientos de años en descomponerse, lo que significa que se acumula en vertederos, ríos y océanos.
Muchos animales confunden los plásticos con alimento, lo que puede causarles la muerte por asfixia o problemas digestivos. En los océanos, los microplásticos, que son pequeñas partículas que resultan de la degradación del plástico, afectan a peces, aves y otros seres vivos, entrando también en la cadena alimentaria humana.
La producción de plástico, por otro lado, depende de combustibles fósiles, lo que contribuye al cambio climático. A pesar de su utilidad, el uso excesivo y desechable del plástico genera un gran impacto ambiental. Por eso, es importante reducir su consumo, reutilizar materiales y fomentar el reciclaje para proteger la salud del planeta y de todos sus habitantes. Pero, aquí entramos en un tema importante: ¿es tan dañino para la salud como para detener su reciclaje?
El plástico y la salud
El Dr. Nicolás Olea, catedrático de Radiología y Medicina Física de la Universidad de Granada y experto en epidemiología, advierte sobre los peligros de reutilizar botellas de plástico. Según él, “la reutilización del plástico es lo peor que hay. El plástico está hecho para un solo uso, no vuelvas a reutilizar el plástico; mientras más se utiliza, más componentes libera”.
El problema va más allá de la posible proliferación de bacterias, ya que cada uso favorece la liberación de sustancias químicas como bisfenoles, ftalatos y PFAS, reconocidos disruptores endocrinos. Estos compuestos alteran el equilibrio hormonal y están relacionados con infertilidad, obesidad, diabetes, trastornos neuroconductuales e incluso ciertos tipos de cáncer, especialmente en mujeres jóvenes y fetos.
Olea habla también sobre los “forever chemicals” o compuestos para siempre, especialmente los perfluorados. Estos compuestos, presentes en plásticos, textiles antimanchas, cosméticos y utensilios de cocina antiadherentes, son muy estables: “el enlace entre el carbono y el flúor es irrompible”. Se acumulan en el organismo y no se eliminan, por lo que su exposición es irreversible.
Para proteger la salud, el especialista recomienda sustituir envases plásticos por alternativas más seguras como vidrio o metal. Sugiere también evitar guardar botellas plásticas en el freezer y reemplazarlas por recipientes de cristal, reduciendo de esta forma la exposición diaria a químicos liberados por el plástico.
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