El envejecimiento es un proceso natural, continuo e irreversible que afecta a todos los seres vivos. Este proceso al que muchas personas le temen se caracteriza según la Inteligencia Artificial, por cambios físicos, mentales y sociales a lo largo del tiempo.
Afortunadamente, este proceso se puede retrasar, y para ello es fundamental adoptar un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular, protección solar y evitar el tabaco y el alcohol en exceso.
¿Cómo retrasar el envejecimiento?
Según los científicos, el envejecimiento es biológicamente evitable. La clave está en mantener una dieta baja en calorías, parar de comer cuando se está 80% satisfecho, y realizar alguna actividad física de manera regular.
Además, activando la autofagia, es decir el proceso por el cual las células digieren sus propios componentes y reciclar los metabolismos necesarios para sintetizar las moléculas esenciales.
“Por ejemplo, las células pueden digerir proteínas no esenciales para liberar aminoácidos. Al digerir grasas y carbohidratos almacenados en la célula, la autofagia estimula el metabolismo de lípidos y de azúcares; también regula la disponibilidad de hierro. Incluso, ayuda a las células a secretar no sólo material dañino sino, también, proteínas que funcionan como señales para células vecinas. Al dejar de funcionar la autofagia, como ocurre en el envejecimiento, se pierden estas funciones benéficas. Por eso es esencial que la autofagia funcione adecuadamente”, explica la revista UNAM Global.
De igual manera, cambiar de posición al dormir, puede marcar la diferencia sobre todo en la piel.
¡La postura importa!
La postura que se adopta a la hora de dormir no solo puede impedir que se tenga un pleno descanso, también según estudios, puede acelerar el envejecimiento de la piel.
Comparte la web MSN que dormir de lado o boca abajo favorece la aparición de las famosas “marcas del sueño”.
Explican los expertos que cuando se duerme en esa posición, la cara permanece presionada contra la almohada durante varias horas y esa presión continua ejerce fuerzas de comprensión sobre la piel, y promueven la formación a largo plazo de marcas profundas, a menudo asimétricas, llamadas “arrugas del sueño”.
Estas marcas a medida que envejecemos son más pronunciadas y más difíciles de recuperar debido a que con el paso de los años la piel pierde elasticidad.
Por lo tanto, la solución para retrasar el envejecimiento no solo está en cuidar la alimentación, realizar alguna actividad física con regularidad y usar protector solar diariamente, sino también en adoptar una posición más saludable al dormir. Para ello, los dermatólogos recomiendan dormir boca arriba, porque esta postura limita el contacto directo del rostro con la almohada, preservando la hidratación y la integridad de la piel de la cara y el escote.
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