El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta principalmente a las personas mayores, aunque no es parte normal del envejecimiento.
Se caracteriza por el deterioro de la memoria, el pensamiento y las habilidades cognitivas, lo que interfiere en la vida diaria. A medida que avanza, los pacientes pueden experimentar desorientación, dificultad para comunicarse, cambios de comportamiento y pérdida de autonomía.
Su causa exacta aún no se comprende del todo, pero está relacionada con la acumulación anormal de proteínas en el cerebro, como las placas de beta-amiloide y los ovillos de tau, que dañan y destruyen las neuronas.
No existe una cura definitiva, aunque algunos tratamientos y terapias ayudan a ralentizar los síntomas y mejorar la calidad de vida. El apoyo familiar y social resulta fundamental, ya que el Alzheimer no solo afecta al paciente, sino también a su entorno cercano.
Avances en el Alzheimer
La Universidad de Stanford ha logrado un importante avance en entender por qué envejece el cerebro y cómo eso puede provocar enfermedades como el Alzheimer. Para investigar este proceso, los científicos estudiaron un pez llamado Killifish, que envejece muy rápido y sirve como modelo ideal para observar los cambios cerebrales con el tiempo.
Descubrieron que, a medida que el cerebro envejece, se altera un mecanismo esencial llamado “proteostasis”. Este sistema es el encargado de producir proteínas correctamente y eliminar aquellas que estén mal hechas o dañadas. Cuando falla este sistema, las proteínas pueden acumularse de forma anormal y formar grumos que dañan las neuronas, lo que está relacionado con el Alzheimer.
¿Y qué pasó en el pez?
En los cerebros envejecidos, las “fábricas” de proteínas llamadas ribosomas se detienen o se atascan cuando intentan fabricar proteínas, lo que produce menos proteínas útiles y más residuos dañinos.
Este hallazgo es importante porque permite entender mejor por qué el cerebro se vuelve más vulnerable con los años y abre una nueva puerta para posibles tratamientos. Si en el futuro se logra restaurar el correcto funcionamiento de la proteostasis, se podría retrasar la aparición del Alzheimer o incluso prevenirlo.
Visita nuestra sección Variedades
Mantente informado en nuestros canales