José Faoro y su caimana: la historia de una insólita amistad nacida en los llanos de Apure

Un joven italiano llegó al estado Apure, donde viviría a una peculiar historia de amor entre un hombre y su mascota

Sabado, 16 de agosto de 2025 a las 09:00 am

A principios del siglo pasado, un joven italiano llegó a Venezuela y se instaló en San Fernando de Apure, donde viviría una peculiar historia de amor entre un hombre y su mascota.

José Faoro, originario de Brescia, Italia, llegó a Venezuela cuando tenía, apenas, 15 años de edad. El joven abrió una joyería y se dedicó, además, a preparar medicinas naturales, así como al comercio de plumas de garza y pieles de babo y caimán.

Fue de esta manera que obtuvo a la que se convertiría en su mascota y fiel compañera “la Negra”, una caimana de apenas tres días de nacida. El cariño que sentía Faoro por el reptil era tal, que desde el primer momento la mantuvo a su lado.

Así creció la amistad entre Faoro y la Negra

El lagarto dormía todos los días sobre el pecho del joyero italiano, indicó Vladimir Hidalgo Loggiodice en su blog “Personajes y vivencias de mi pueblo”. “La quiso como a una hija”, publicó el escritor.

A los pocos años de su llegada, Faoro contrajo nupcias con la apureña Ángela Estévez, su compañera hasta el último de sus días. Pese a que no tuvieron hijos, llenaron ese vacío al criar a varios muchachos de su pueblo, en compañía de su caimana, la Negra.

Aún con la presencia de los niños su casa, nunca se presentó ningún incidente relacionado con la caimana. Era tan dócil que los pequeños la acariciaban con mucho cariño.

Diariamente, Faoro alimentaba a su peculiar mascota con tres kilogramos de pechuga de pollo, muslos o pescado de mar, pues no le gustaban los peces de río.

Además, a la reptil no se le debía tocar con los pies o con palos, relató Hidalgo Loggiodice.

Mientras Faoro descansaba por las tardes, la caimana reposaba a su lado. Cuando su cuidador se levantaba, ella abandonaba la habitación.

De manera inesperada, el joyero italiano sufrió un infarto que lo dejó tendido en cama durante sus últimos días. En su lecho de muerte, y con un beso de despedida, encomendó a su esposa el cuidado de la Negra.

La triste despedida del joyero italiano

El 9 de julio de 1972, Faoro falleció. De acuerdo con el relato de Vladimir Hidalgo, su caimana presintió la despedida de quien fue su padre durante tantos años.

Su esposa, doña Ángela, relató que en el momento cuando llevaron el ataúd a la casa, la Negra entró rápidamente al salón donde se realizaría el velorio.

Al ver que la caimana se acercaba, parientes del joyero decidieron colocar la urna en el piso y vieron como el reptil se posó sobre esta. La escena conmovió a los presentes.

Tras la despedida se su amigo, la caimana pasó cuatro meses sin comer. Solo el tratamiento que le aplicó el Dr. Pedro Estrebado, su médico de confianza, le devolvió el apetito.

El 27 de noviembre de 1992, falleció Negra, la caimana sufrió un infarto, al igual que Don José.

La familia de Faoro decidió disecarla para conservarla por siempre en la casa que la vio crecer y morir.

 
 

 

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