Los tatuajes se han convertido en una seña de identidad para muchos futbolistas de élite, y Lionel Messi no es la excepción. Sin embargo, el astro argentino fue uno de los pioneros en lucir una extensa colección de tinta, transformando su cuerpo en un lienzo que cuenta la historia de su vida, tanto en lo personal como en lo profesional.
Su pierna izquierda es, quizás, la pieza más emblemática. El audaz diseño de tinta negra, que oculta tatuajes anteriores, deja a la vista símbolos profundamente significativos: las huellas de las manos de su hijo Thiago, el número 10, un balón de fútbol y el escudo del FC Barcelona. Esta "pierna de la leyenda" narra su evolución como jugador y padre.
La manga de su brazo derecho es un rico tapiz de fe y familia. En ella se entrelazan la imagen de Jesucristo con una corona de espinas, un rosetón inspirado en una iglesia de Barcelona y un ojo que se cree representa a su esposa, Antonela. Cada diseño es un tributo a las personas y creencias que han moldeado su vida.
Entre sus primeros y más emotivos tatuajes destaca el retrato de su madre, Celia, en el omóplato izquierdo, un merecido homenaje a la mujer fundamental en su vida. En un gesto más íntimo, el único otro tatuaje en su torso es un pequeño par de labios rojos en la cadera izquierda, un guiño romántico a su esposa, que demuestra su discreción.
El tatuaje más intrigante es el "Cinco de Copas" en su pierna izquierda. Aunque no conmemora la victoria en el Mundial de 2022 de forma directa, su historia es fascinante. La carta, vista como una premonición de victoria en el documental "Sean Eternos", se convirtió en un símbolo de destino cumplido para Messi y sus compañeros, demostrando que la superstición y la fe en el triunfo tienen su lugar en el fútbol.
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