A sus 46 años, Manny Pacquiao regresó al cuadrilátero para enfrentar a Mario Barrios por el título wélter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en una pelea que terminó en un polémico empate mayoritario. A pesar de las tarjetas oficiales (114-114, 113-115, 114-114), la opinión generalizada en el mundo del boxeo fue que el "PacMan" había dominado lo suficiente para ser declarado vencedor.
El regreso del legendario filipino no fue una exhibición, sino un intento serio por un campeonato mundial, y su actuación sorprendió a todos. Pacquiao mostró rapidez, inteligencia y una movilidad notable, demostrando que su veteranía no es un impedimento para competir al más alto nivel del boxeo profesional.
La polémica decisión motivó una contundente declaración del presidente del CMB, Mauricio Sulaimán, quien no dudó en mostrar su apoyo al pugilista. "Ese empate se sintió como una victoria clara", afirmó Sulaimán, dejando entrever la disconformidad del organismo con el resultado oficial.
Sulaimán también defendió la decisión de autorizar el regreso de Pacquiao, a pesar de las críticas iniciales por su edad. "Fue una semana increíble, con una energía inigualable. Manny se ganó el respeto del mundo entero", añadió el titular del CMB, subrayando la impresionante actuación del boxeador filipino.
Para el CMB, Pacquiao silenció a sus críticos con una clase magistral sobre el ring. "Muchos lo cuestionaron, lo criticaron y hasta se burlaron. Pero en el ring respondió con clase", sentenció Sulaimán, reafirmando que, en su opinión y la de la mayoría, Pacquiao superó a Barrios en táctica y precisión.
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