Los Angeles Lakers tienen un nuevo propietario principal. La histórica franquicia, en manos de la familia Buss por casi seis décadas, ha sido vendida al inversionista Mark Walter. Esta transacción, valorada en 10 mil millones de dólares, es la más grande en la historia del deporte. Pero, ¿por qué Jeanie Buss, quien mantendrá su rol de gobernadora, decidió desprenderse de un activo tan valioso? Esa es la pregunta que resuena en el mundo del baloncesto.
La familia Buss, bajo el liderazgo de Jerry y luego de Jeanie, dominó Hollywood por 56 años. En ese tiempo, los Lakers levantaron 11 trofeos de la NBA. Sin embargo, los años recientes no han sido igual de exitosos. Desde el campeonato de 2020, el equipo ha luchado por mantenerse como un contendiente de élite. Las inversiones necesarias para reforzar la plantilla no se concretaron con la misma fuerza.
Jeanie Buss, además, había expresado su frustración por los resultados de algunas apuestas financieras fallidas. La eliminación prematura en los playoffs de 2022 fue un claro ejemplo de ello.
La temporada 2025 dejó en evidencia las carencias del equipo. A pesar de contar con talentos como Luka Doncic y LeBron James, las debilidades, sobre todo en el juego interior, fueron muy notorias. Esto subrayó la urgente necesidad de una inyección de capital.
Una reconstrucción sustancial para competir al más alto nivel implicaba un costo muy elevado. Jeanie Buss, con un patrimonio estimado en 700 millones de dólares, quizás no estaba en posición de asumir esa inversión por completo. Su fortuna la sitúa muy por debajo de la de otros dueños de la liga.
La relación previa con Mark Walter fue un factor clave en esta transición. Walter ya formaba parte del grupo de propietarios de los Lakers desde 2021. Tenía una cláusula que le daba el derecho preferencial para adquirir la participación mayoritaria. Su historial de inversiones agresivas con los Dodgers, donde no ha dudado en gastar para fichar a estrellas, lo posicionaba como el candidato ideal. Su oferta de 10 mil millones de dólares no solo rompió récords, sino que fue una propuesta sencillamente irrefutable.
Otro elemento importante fue la dinámica familiar. Aunque Jeanie Buss seguirá siendo gobernadora por varios años, la estructura del fideicomiso familiar requería el voto mayoritario de los seis hermanos para aprobar la venta. A diferencia de un intento fallido en 2017 para destituirla, esta vez la mayoría de los hermanos, incluyendo a la propia Jeanie, dio su aprobación a la operación. Es probable que la oferta económica sin precedentes de Walter, sumada a la garantía de que Jeanie mantendría un rol significativo, alineara los intereses familiares hacia esta monumental decisión.
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