La presencia de venezolanos en Corea del Sur ha crecido silenciosamente, pero con fuerza. Desde matrimonios interculturales hasta emprendimientos nocturnos, sus historias revelan una migración diversa y resiliente.
En el programa transmitido por YouTube, “Venezolanos por el mundo”, se documentó cómo ciudadanos de Venezuela han recorrido más de 14.000 kilómetros para establecerse en uno de los países más avanzados del planeta.
Venezolanos en Corea del Sur: rostros, rutas y realidades
Las historias incluyen a Nakarid, oriunda de Aragua, casada con Dimas, un coreano que domina el español y sueña con vivir en Venezuela. También conocimos a Helen y María, quienes trabajan en negocios familiares coreanos y enfrentan desafíos culturales cotidianos.
Chang, guía turístico coreano-venezolano, viajó para reconectar con sus raíces. En Seúl, aprendió que recoger oro en la calle es un gesto culturalmente inapropiado. Edgar, por su parte, mostró el barrio universitario más vibrante de la ciudad.
Génesis, docente de preescolar, explicó que los niños coreanos de seis años ya pueden sostener entrevistas en inglés. Este dato refleja el nivel educativo del país, considerado uno de los mejores del mundo.
Choques culturales y aprendizajes cotidianos
Paola y Luz, también casadas con coreanos, relataron sus experiencias en el comercio local. Una de ellas vivió un incidente con una vendedora que terminó con intervención policial. Aun así, ambas destacan el respeto social y la puntualidad como valores que han adoptado.
Una venezolana compartió que, en su primera cita, notó que los coreanos suelen retirarse tras comer, mientras que los venezolanos prefieren conversar largo rato después.
Comunidad, educación y trámites migratorios
Los venezolanos han formado redes de apoyo en Corea del Sur. Aunque el país promueve la multiculturalidad, los visitantes deben tramitar una Autorización Electrónica de Viaje (eTA) si están exentos de visa.
La Universidad Bicentenaria de Aragua impulsa iniciativas para fortalecer los lazos académicos entre ambas naciones. Además, testimonios coinciden en que vivir en Corea se asemeja a habitar un futuro cercano.
Un puente entre culturas que sigue creciendo
Corea del Sur ha enseñado a los venezolanos a ser más puntuales, rápidos y responsables. A pesar de las diferencias, muchos aseguran sentirse felices y valorados.
La migración venezolana continúa expandiéndose, y Corea del Sur se suma a los destinos donde sus ciudadanos construyen nuevas vidas, sin perder sus raíces.
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